INTRODUCCION
En 1958
se decía que la
Criminología era la ciencia que estudia los elementos reales
del delito: el comportamiento del delincuente y los efectos de ese
comportamiento en el mundo exterior.
En
la actualidad, se dice que la
Criminología es una ciencia empírica e interdisciplinaria,
que se ocupa del estudio del crimen, de la personalidad del infractor, de la
víctima y el control social del comportamiento delictivo.
Fenómenos
como el alcoholismo, la prostitución, la asociabilidad, son susceptibles de
estudiarse por la
Criminología dado que son comportamientos que pueden
desembocar en delitos.
El
conocimiento criminológico ha de referirse a hechos observables que han de
analizarse de forma sistemática y ordenada.
OBJETO
En
sus inicios, la
Criminología , como ciencia, que nace del positivismo, analiza
al criminal, como producto biológico o social.
MÉTODO
El
estudio y la elaboración de cualquier disciplina, precisa de un método que
lleve al investigador al logro de la verdad.
En
lo que conocemos por ciencia moderna del Derecho Penal, encontramos
constantemente enfrentados dos clases de métodos:
a) El lógico
abstracto o deductivo; y
b) El inductivo
o experimental.
En
el método lógico abstracto o
deductivo, se toma como punto de partida un principio general y de
él saca las consecuencias lógicas pertinentes.
Por
su modo de formular una proposición determinada, el método deductivo debe
admitir necesariamente un “a
priori”, es decir, un presupuesto del que hace derivar las
proposiciones sucesivas.
En
el método inductivo o experimental,
se parte de la observación de los datos particulares y de ellos se remonta a
una proposición general que comprende los supuestos observados y todos los
demás que están en relación con aquellos.
El
método inductivo parte de los datos
objetivos que la experiencia ofrece, extrayendo conclusiones, por
inducción, de la generalización de los hechos observados. Mediante este método
solo es posible formular proposiciones a posteriori.
CONCEPTOS Y
ALCANCES DE LA
CRIMINOLOGÍA
El
estudio del delito, de su autor y de los medios de lucha contra ambos, no puede
llevarse a cabo por una sola disciplina.
Designamos
el conjunto de todas las disciplinas que se dedican al estudio del delito,
autor y medios de lucha contra ambos con la denominación de Enciclopedia de las
Ciencias Penales y que comprende, básicamente, a la Criminología , a la Penología y a la Política Criminal.
Una
contemplación del panorama doctrinal de la Criminología permite
distinguir:
1.- Un sector doctrinal que concibe
2.- La orientación norteamericana mantenida últimamente por criminólogos alemanes, que incluyen en
3.-
4.- Una Orientación Restringida que reduce el ámbito de la criminología a la investigación de los factores de la criminalidad. Hurwitz, Mezger, Exner y P. Peláez.
En todo caso, puede señalarse que:
La Criminología es una ciencia
empírica e interdisciplinaria que se ocupa del crimen, del delincuente, de la
víctima y del control social del comportamiento desviado.
La
Criminología es una ciencia empírica
pues se basa en la observación y,
además, es una ciencia interdisciplinaria.
El
objetivo de la
Criminología es el
delito, el delincuente, la víctima y el control social.
En
una acepción restrictiva, la Criminología se limita a la investigación
empírica del delito, la personalidad del autor y la ejecución de la pena.
En
consecuencia, se produce una catalogación de los delincuentes y, la acepción
restrictiva, no se centra en el estudio del control social.
Una
acepción extensiva, en cambio, tiene en cuenta las transformaciones del
concepto de delito, la criminalización y el control del comportamiento
desviado.
La
palabra Criminología se utiliza en 1879 por el antropólogo francés Pablo Toppinard. A partir de 1885, hay otros vocablos: en 1792 se habla
de psicología criminal, en 1882 se habló de sociología criminal y en 1883 de
biología criminal.
La
criminología nace de la antropología, pero también nace de la psicología, de la
biología y de la sociología. A partir de aquí se crea un núcleo de términos
sólidos, será la ciencia que aglutinará el conocimiento de todas estas
ciencias.
La
palabra Criminología deriva del latín criminis
y del griego logos, que significa el
tratado o estudio del crimen y el delito-delincuente.
Las
definiciones, incumbencias, divisiones y alcances de esta ciencia, fueron
variando de acuerdo a los distintos autores, criminólogos y lugar geográfico,
según los diversos enfoques y encuadres teóricos, como acuerdo a la época en
las que fueron expresadas.
Es
una ciencia que tiene como objeto claro: el crimen, el delincuente,
la víctima y el control social.
1.- La
Criminología es una ciencia: porque, aporta una información válida, fiable y
contrastada sobre el problema criminal, información obtenida gracias a su
método empírico que descansa en el análisis y observación de la realidad.
En
consecuencia, la cientificidad de la Criminología significa que esta disciplina, por
el método que utiliza, está en condiciones de ofrecer una información viable y
fiable sobre el complejo problema del crimen, insertando los numerosos datos
obtenidos del examen de éste, en un marco teórico definido.
2.- La
Criminología es una ciencia causal-explicativa,
empírica e interdisciplinaria,
cruzada por ciencias distintas y fundamentalmente por la Biología Criminal
(Antropología y Psicología criminal), y la Sociología Criminal.
Esta
ciencia utiliza un método empírico
y los problemas que plantea la
Criminología nunca deben ser investigados desde el punto de
vista de una de las ciencias que integra
la Criminología ,
pues, en caso que así ocurriese, se arribaría a un resultado parcial.
El
que la Criminología
pertenezca al ámbito de las ciencias empíricas significa, en primer lugar, que
su objeto (delito, delincuente, víctima y control social) se inserta en el
mundo de lo real, de lo verificable, de lo mensurable y no en el de los
valores.
La
naturaleza empírica de la
Criminología implica, ante todo, que ésta descansa más en
hechos que en opiniones, más en la observación que en discursos.
Por otra parte, cuando se dice que
Si
preponderase una ciencia, estaríamos ante resultados parciales ya que sólo el
problema se vería desde un enfoque.
El principio interdisciplinario, por tanto, es una exigencia estructural del saber
científico, impuesto por la naturaleza totalizadora de éste, y no admite
monopolios, prioridades ni exclusiones entre las partes o sectores de un tronco
común.
HISTORIA DEL PENSAMIENTO CRIMINOLOGICO
I ETAPA PRE CIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA :
Se
trata de examinar las tesis criminológicas mantenidas en la etapa previa al
positivismo, esto es, hasta la consagración de la Criminología como
disciplina científica, hecho que se produce a finales del siglo XIX.
Los
aportes, en esta etapa, provienen de dos fuentes:
1ª.
Las de carácter filosófico, ideológico o político; y
2ª.
Las de naturaleza empírica (perteneciente, relativo o fundado en la
experiencia) y el aporte desde otros campos empíricos, como la fisonomía, y
otras orientaciones empíricas
1ª. Directrices
de carácter filosófico, ideológico o político
A.- Tomás Moro es el representante
fundamental de este pensamiento, desarrollando su labor a finales del siglo XV
y principios del siglo XVI.
Tomás
Moro, probablemente, fue el primero en resaltar la conexión del crimen con los
factores socio económicos y con la estructura de la sociedad.
Para
Moro, el crimen responde a una serie de factores, tales como, déficit cultural
y educativo, guerras, el ambiente social o la ociosidad, etc., pero, entre
todos ellos, destacan los factores socio-económicos.
Por
ello, Moro sostenía que el Estado, al margen de la represión penal, debía
neutralizar las verdaderas causas del crimen, como la miseria o la desigualdad.
Moro
aportó a la Criminología
la tesis de la conexión del crimen con
la estructura de la sociedad: el crimen responde a una serie de factores y
el factor que más destaca es el económico, destacando la pobreza. Moro, criticó
abiertamente la dureza y la desproporción de los castigos, abogando por una
labor preventiva por parte del Estado y pensaba que los poderes públicos tenían
que establecer los medios necesarios para que el delincuente pudiese
satisfacer, con su trabajo a la víctima a título de compensación.
B.- En segundo
término, aparece la filosofía política de la Ilustración ,
analizando el problema criminal.
Las
corrientes fundamentales de la
Ilustración reaccionaron en contra de la sola idea de la
prevención general o intimidación, que tomaba al delincuente como un ejemplo
para los demás.
En
efecto, la Teoría
de la Prevención
General , ve “el fin de
la pena no en la retribución ni en actuar sobre el autor, sino en la influencia
sobre la generalidad, a la cual se le debe enseñar a través de las amenazas
penales y de la ejecución de las penas lo relativo a las prohibiciones legales.”
Se
la denomina Teoría de la
Prevención General porque no actúa en forma especial sobre
el condenado, sino, en general, es decir, sobre la generalidad.
C.- Criminología Clásica
Bajo
la etiqueta de "clásicos" se han agrupado autores y tendencias
divergentes en muchos puntos de vista, incluso contradictorias en algunos, pero
que presentan una serie de concepciones comunes sobre postulados fundamentales,
que es precisamente lo que permitió a los positivistas reunirlas con propósitos
dialécticos.
Hay
algo muy significativo en la escuela clásica, como es, la defensa de las garantías individuales y su
reacción contra la arbitrariedad y los
abusos de poder.
Francisco
Carrara, es considerado el padre de la Escuela Clásica
del Derecho Penal.
Carrara
sostiene que el Derecho es connatural
del hombre. La Ciencia
del Derecho Criminal es un orden de razones
emanadas de la ley moral, preexistente a las leyes humanas.
El
delito es un ente jurídico que reconoce dos fuerzas esenciales: una voluntad
inteligente y libre y un hecho exterior lesivo del Derecho y peligroso
para el mismo.
Postulados de la Escuela Clásica
1º.
Normalidad del delincuente: nada
distingue al hombre delincuente de aquel no delincuente, pues todos los hombres
son iguales.
2º.
Irracionalidad del crimen: el
crimen es un acto irracional e incomprensible ya que el hombre con su libertad
y capacidad de decisión no ha sabido elegir el camino que más le convenía.
3º.
Establecen una prioridad del hecho
sobre el autor: el delincuente sólo aparecerá como el sujeto activo del
delito y no se le prestará mayor atención.
4º.Explicación situacional del hecho
delictivo: no existe una etiología del crimen, sino que, el crimen es
consecuencia de un mal uso de la libertad y todos los ciudadanos son criminales en potencia
porque todos son libres. Son situaciones específicas las que pueden explicar,
caso a caso, la opción del hombre a favor del crimen.
5º. La aportación penológica ha sido su mayor éxito. Fundamentan la legitimación y delimitación del
castigo y sacan conclusiones sobre el cuando, el cómo y el porqué se castigan
los delitos. La respuesta al comportamiento delictivo se efectúa con una pena justa,
proporcionada y útil.
6º.
Aportación en el ámbito de la
política criminal, donde la escuela clásica sí legitima el uso
sistemático del castigo como instrumento del control del crimen.
2ª. Las de
naturaleza empírica (perteneciente, relativo o fundado en la experiencia) y el
aporte desde otros campos empíricos, como la fisonomía. Orientaciones Empíricas
Aquí,
se consigna a un conjunto de contribuciones heterogéneas que no son meramente
filosóficas o políticas, sino que, cuentan con algún respaldo empírico.
Destacan
los pioneros de la ciencia penitenciaria, basados en la observación directa y
en el rico conocimiento de la realidad carcelaria; y la experiencia empírica y
criminológica que los cultivadores de sus respectivas disciplinas acumulan en
torno al delito y al delincuente, como la fisonomía.
En
la ciencia penitenciaria, destaca Howard,
que dio prioridad al método de trabajo del contacto directo con el hombre
delincuente.
Destaca,
también, Bentham, como pionero de la
ciencia penitenciaria y como teórico de la concepción
utilitaria de la pena.
Bentham, propone un nuevo diseño para la arquitectura carcelaria en
aras del control y del tratamiento de los reclusos: el panóptico.
El
nuevo establecimiento debe ser circular, con una torre de vigilancia en el
medio, desde la que un guardián ejerciera el control total y permanente de los
reclusos. Para su buen régimen y funcionamiento, deben seguirse tres criterios:
(a) ausencia de sufrimiento corporal; (b) severidad, pues el recluso no puede encontrarse
mejor que en libertad; y (c) economía, es decir, evitando gastos innecesarios.
En
cuanto a la pena, Bentham formuló la teoría
utilitaria del castigo: el delincuente debe comprobar como de su
delito derivan consecuencias más negativas que positivas para el mismo.
En
el campo de los aportes de otros campos empíricos, cabe señalar que antes de
Lombroso ya se habían llevado a cabo las más diversas investigaciones sobre el
delito y el hombre delincuente.
Así,
existen campos del saber que, por su método y algunas hipótesis, deben ser
considerados como antecedentes del positivismo criminológico.
Uno
de ellos, es la Fisonomía , que
versa sobre la apariencia externa del individuo y la interdependencia de lo somático y
lo psíquico; el cuerpo y la personalidad; lo interno y lo externo.
Se
trata de una vieja idea: alma y cuerpo se hallan en íntima relación, de modo
que las deformidades somáticas se corresponden con vicios y defectos anímicos.
Se asocia la belleza física con la bondad y la maldad, con la fealdad corporal.
El
origen de la palabra “malhechor” puede significar no sólo a una persona que
hace el mal, sino también, a persona mal hecha.
Algunos
elaboraron toda una técnica de la observación, señalándose algunos caracteres
como de índole criminal: anomalías en la cabeza, frente, orejas, nariz,
dientes, etc.
La
fisonomía permitió en el siglo XVIII decir: “cuando tengas dudas entre dos
presuntos culpables, condena al más feo”; o decir a un juez napolitano, “Oídos
los testigos de cargo y de descargo, y vista tu cara y tu cabeza, te condeno
a...”
Escuela Cartográfica, Estadística
Moral o Física Social
Los
precursores de esta Escuela son Lambert Adolphe Jacques Quetelet y Andre
Michael Guerry.
Para
esta escuela, el delito es un fenómeno colectivo y hecho social, regido
por leyes naturales, como cualquier otro suceso y requerido de un análisis
cuantitativo. No es un acontecimiento individual.
El
delito es una magnitud regular y constante. Tiene periodicidad producto de
leyes sociales que el investigador debe descubrir y formular. No interesa
averiguar las causas del delito, sino observar su frecuencia.
El
delito es un fenómeno normal, inevitable, constante, regular y necesario.
El único método adecuado para la investigación del crimen como fenómeno social
y magnitud es el Método Estadístico.
Quetelet dice que los hechos humanos y sociales se rigen por
las leyes que gobiernan los hechos naturales, por leyes físicas, y propugna una
nueva disciplina; la mecánica
social, y un nuevo método, el
método estadístico, para analizar dichos hechos humanos.
Quetelet,
aplicando la estadística a los fenómenos sociales en (1835) originó la Antropometría y se ocupó de obtener datos acerca
del número de suicidios, delitos, etc.
Formula,
también, las Leyes Térmicas, que son la interdependencia entre los factores
térmicos y climáticos y las diversas clases de criminalidad y que son válidas solo
para el hemisferio Norte:
1.- En verano hay más delitos contra las
personas: ya que la gente en esta estación suele salir con más frecuencia,
existe un relacionamiento con sus congéneres. En los países nórdicos el día
dura casi 23 horas, las playas y las o piscinas están casi siempre llenas.
2.- En invierno hay más delitos contra la
propiedad: esto se debe a que las noches son más largas, además existe gran
excitación por Navidad, por las compras, etc.
3.- En primavera hay más delitos de tipo sexual: esta sería la
época de apareamiento, quizá el influjo del tiempo eleve las pasiones.
En
conclusión, la Escuela
postula que:
a) El crimen es
un fenómeno social de masas,
no es individual.
b) El crimen es regular y constante.
c) La normalidad del delito, pues, el
delito es normal en la sociedad y sólo
se lo debe investigar cuando sobrepase los índices normales.
Esta Escuela ha sido criticada por su método ya que
los datos estadísticos son solo presupuestos del crimen y no siempre reflejan
la realidad.
Andre
Michael Guerry, es otro precursor de esta Escuela y fue fundador de la escuela
cartográfica franco-Belga e
intentó establecer una geografía de la criminalidad. Realizó los primeros Mapas de la Criminalidad en
Europa, concediendo importancia al factor térmico.
II.-
ETAPA CIENTÍFICA DE LA
CRIMINOLOGÍA
Así,
se vivió la etapa de la
Criminología Clásica , la etapa del Revisionismo Neoclásico y
la etapa de la revolución positivista.
De
la Escuela Clásica ,
ya mencionamos algunas características. En cuanto a la segunda, sustenta la
revisión de algunas de las concepciones clásicas, como por ejemplo, la aplicación de medidas penales universales
sin tomar en consideración las diferencias individuales entre los delincuentes
y la incorporación al ámbito de la
criminología de especialistas de otras disciplinas ajenas al derecho penal como
el psiquiatra y posteriormente el trabajador social.
En
cuanto a lo que concierne al paradigma positivista, el cual actualmente sigue
teniendo amplia vigencia en algunos contextos, éste se fundamenta en la
aplicación a los fenómenos sociales, en general, y al comportamiento humano, en
particular, de los instrumentos y técnicas que se estipulan como fundamentales
y eficaces para el estudio del mundo físico.
a) Escuela Positiva
La
escuela criminal positiva no consiste únicamente, en el estudio antropológico
del criminal, pues constituye una renovación completa, un cambio radical de método científico en el estudio de la patología
social criminal, y de los que hay de más eficaz entre los remedios
sociales y jurídicos que nos ofrece.
Los
postulados de esta Escuela son:
1º. Ius puniendi: el derecho a imponer sanciones pertenece al Estado
a titulo de defensa social.
2º. El método es inductivo – experimental: la
escuela Positiva se caracteriza por su método científico.
3º. El delito es un hecho de la naturaleza y debe
estudiarse como un ente real, actual y existente.
4º. El
delincuente es aquella persona que
comete delitos por influencias del medio en que vive. La Escuela busca la
readaptación del delincuente y, para estos, establece los sustitutivos penales.
5º. Determinismo. La voluntad del hombre no juega ningun papel en sus actos.
El hombre no tiene libre albedrío. El ser humano esta determinado a cometer
delitos.
6º. La responsabilidad penal.
Sustituye la responsabilidad moral
por la responsabilidad social, puesto que el hombre vive en sociedad y será
responsablemente social mientras viva en sociedad.
7º. El concepto de Pena se sustituye por el de sanción:
la sanción va de acuerdo a la peligrosidad del criminal. Las sanciones deben durar mientras dure la
peligrosidad del delincuente y por eso son de duración indeterminada.
8º. Proporcionalidad de la
pena. Busca la
proporcionalidad de la pena, no se debe castigar conforme a lo que dicen los
Códigos, sino que tiene que haber sustitutivos
penales. Por ejemplo, un menor que comete asesinato no se lo puede
sancionar con 30 años de reclusión, sino que, antes se debe estudiar sus
antecedentes, las causas por las que cometió tal acto, las atenuantes, etc. y
se debe buscar su readaptación.
Substitutivos penales. Más
importante que las penas son los sustitutivos penales.
9º. Tipos de delincuentes. Acepta "tipos" criminales.
10º. Legislación penal. La
legislación penal debe estar basada en los estudios antropológicos y
sociológicos.
11º. La ley penal. La ley penal no restablece el orden jurídico, sino
que tiene por misión la de combatir la criminalidad considerada como fenómeno
social.
III.-
DIFERENCIAS CON LA
ESCUELA CLASICA
Para
la Escuela Positiva la pena debe ser útil. La Escuela Clásica no habla de utilidad.
IV.- ESCUELAS
INTERMEDIAS
Esta
escuela tiene su fundamento teórico basado en el mismo que el de la Escuela Clásica ,
que es el contrato social. Esta escuela no es una escuela en sí, sino la
reunión de varias escuelas reunidas en esta corriente.
La
diferencia entre la
Escuela Clásica y Positiva está en que éstas tenían una serie
de normas con las que si no se estaba de acuerdo con una, se rompían todas las
demás. Era un esquema casi perfecto.
El
objetivo de la
Escuela Ecléctica , era la de romper con esas reglas o
esquemas monolíticos y crear algo diferente.
El
presupuesto operante de esta Escuela, es la igualdad material y como en la Escuela clásica, radica su responsabilidad en lo individual,
pero, le agrega el concepto de
situación, referente al medio físico y social.
Escuela Social
Está
apoyada por el filosofo Durkheim y
esta escuela no tiene su fundamento en el contrato sino en la dialéctica.
Esta
escuela tiene antecedentes en la cartográfica y en la de interpsicología. Las
sociedades tienen los criminales que se merecen y el medio social es el caldo
del cultivo de la criminalidad mientras que el microbio es el criminal.
Para
la escuela social, el presupuesto operante es el de la desigualdad material y
la división del trabajo.
Su
sistema jurídico busca ante todo una justicia social y tiene un criterio
político que busca la comprensión y mejoras sociales.
Esta
escuela permite un fuerte avance de la criminología y favorece la maduración de
la misma hacia una posterior integración, todavía inexistente, con el Derecho
Penal.
El
mérito principal de la escuela social radica en introducir el concepto de
"función social del derecho", en el cual, la ley aparece como el
mejor mecanismo para lograr una justa composición y un equitativo desarrollo de
la sociedad.
Escuela Anómica
Su
fundamento teórico esta basado en la anomia, que es una situación en la cual el
desarrollo social desborda al control institucional.
El
presupuesto está fundamentado en la desigualdad material y una mayor división
del trabajo. Sigue la responsabilidad en el campo individual pero aparece la
tendencia a socializarla.
La finalidad del sistema jurídico esta basado
en el hallazgo del nivel natural en la meritocracia. El enfoque es sociológico y se dirige a la
contracultura, pero no a la cultura.
Solo el proletario aparece representado en las estadísticas de
criminalidad. Desde luego la escuela
anómica no hace caso omiso de la motivación en el delincuente, pero, en verdad,
tampoco hace de este aspecto su principal punto de meditación, puesto que la
motivación importante no esta en el individuo sino en la sociedad.
El
principal aporte fue víctima de las peores criticas y rechazos: interpretación
de la delincuencia proletaria, estadísticamente muy representada en las cifras
policiales de criminalidad.
Teorías Ambientales
Su
presupuesto está basado en la desigualdad material y la muy grande división del
trabajo. La responsabilidad deja de ser individual y se convierte en social y
grupal.
El
principal aporte de esta Escuela Ecológica, con sede en Chicago y producto de las
inmigraciones incontroladas de europeos, es la interpretación de la
delincuencia de la mafia.
EL DELITO Y EL PROBLEMA DE SU DEFINICION
I.
NORMALIDAD DEL DELITO
En todas las sociedades conocidas
existen y han existidos una serie de conductas que se han prohibido o bien han
sido de obligado cumplimiento, bajo la amenaza de un mal. En efecto, no sólo
existen en toda sociedad conductas que pueden considerarse delictivas, sino que
incluso parece que no puede existir sociedad sin delito. Esto se conoce como el
principio de normalidad del delito. Se
trata de una idea que se remonta a Durkheim, quien ya afirmó que el delito,
lejos de ser un fenómeno patológico, es un fenómeno normal de una sociedad, y
que incluso en una sociedad de santos habría delitos.
II.
EL PROBLEMA DE LA DEFINICION DEL DELITO
El problema de la definición del
objeto de estudio de la
Criminología es quizá el más importante y difícil de
afrontar.
Ser reconoce desde hace tiempo
que el primer paso del investigador de una ciencia “ha de dirigirse, pues, a la
definición de las cosas que trata”; esto es importante en Criminología, puesto
que la naturaleza, extensión y explicación del delito depende enormemente, de
cómo se defina.
Así pues, ¿Qué es delito? y
¿Quién puede considerarse que es un criminal? Existen diversas contestaciones a
estas preguntas, si bien puede distinguirse básicamente una orientación legal y
otra natural.
II.1. LA CONCEPCION
LEGAL DEL DELITO:
La idea de que el objeto
del estudio de la
Criminología viene delimitado por el Código Penal y las leyes
especiales, o sea la concepción legal del delito, se remonta a la Escuela Clásica , tiene una
larga tradición. De acuerdo con el principio de legalidad, para que una
conducta pueda considerarse delictiva ha de encontrarse descrita – tipificada-
en las leyes penales. Todo lo que no se encuentra tipificado en dichas normas
no puede ser considerado delictivo por muy injusto o dañino que pueda ser; a la
vez, todas las conductas incluidas en dichos cuerpos legales se consideran
delictivas. De acuerdo a esta postura, el objeto de estudio de la criminología
es toda conducta intencionada que se encuentra tipificada en una ley penal.
El criterio legal ha sido
objeto de serias críticas, las más importantes, tiene que ver con lo
francamente insatisfactorio desde el punto de vista científico:
a.
No parece asumible que el objeto de estudio de una ciencia, venga
impuesto desde afuera de la misma, es decir que se competencia externa de la
delimitaciòn del mismo. Antes al contrario, lo lógico es que cada ciencia defina ella misma qué va estudiar y cuál es su
contenido y naturaleza.
b.
El legislador, que es quien legítimamente establece que conductas son
delitos, no sigue un criterio satisfactorio desde el punto de vista de la
explicación causal de los delitos, sino que predominan los históricos y los de
oportunidad.
c.
Las leyes penales son irremediablemente vagas e imprecisas, hasta tal
punto que los jueces y los juristas en general no siempre llegan a acuerdos
generalizados sobre su interpretación.
d.
Las leyes penales son cambiantes, con relativa rapidez se tipifican
nuevas conductas, mientras que delitos tradicionales se redefinen o bien dejan
de ser castigados.
e.
Finalmente, los autores críticos que sostienen que las leyes en general y
las penales en particular responden a los intereses de los grupos sociales
dominantes y ello tanto en el momento de su tipificación como, sobre todo, en
el más importante y decisivo de su interpretación y aplicación.
II.2. LA CONCEPCION
NATURAL DEL DELITO:
Debido a dichas críticas,
también tradicionalmente se ha definido la necesidad de que la Criminología
definiera por sí misma su propio objeto de estudio: ¿qué es el delito y quien
es el delincuente? Garofolo uno de los miembros de la escuela italiana,
fue el primero en proponer un concepto natural de delito: “delito seria la
infracción de ciertos sentimientos morales que sean fundamentales para una
comunidad, independiente de que estén tipificados en las leyes penales o no”.
Aunque esta definición es abandono por ambigua, lo decisivo de esta
orientación es proponer un concepto válido desde un punto de vista científico –
criminológico.
Otras propuesta es
la de Gottfredson y Hirschi;
proponen la definición de delito como todo acto de fuerza física o engaño
realizado buscando el beneficio propio. Esta propuesta es, sin duda, muy
atendible: consigue apartarse de las definiciones de los Códigos Penales y de
hecho incluye conductas que no se encuentran tipificadas en los mismos; es
coherente con una concepción concreta de la acción humana, como es la racional;
no se circunscribe a una cultura u ordenamiento jurídico concretos. Sin
embargo, no es asumible por diversas razones:
a. resulta excesivamente impreciso.
b. Muchos delitos, como es el caso de los hurtos que
cuantitativamente son importantísimos para la criminología, se encuentran fuera
de la definición.
c.
El concepto
implica que hechos que se realizan por razones distintas al propio interés no
podrían considerarse como delitos; y que hay muchos supuestos delictivos en que
esto no es aparente.
II.3. VIOLENCIA Y
AGRESION COMO OBJETOS DE ESTUDIO DE LA CRIMINOLOGIA.
La ciencia positiva ha propuesto que debería
fijarse en otros objetos de estudio. El planteamiento de Fishbein, para quien
la investigación no debería centrarse en el delito per se ya que es una mera
abstracción legal y no un comportamiento real, sino “componentes del comportamiento antisocial que son susceptibles de
medición, estables y permanentes a lo largo de diversas culturas”, como
sería el caso de la agresión. Drapkin ha sugerido, por su parte, una
criminología de la violencia. Sin
embargo no esta expensa de las críticas porque existen hechos delictivos que no
son agresivos ni violentos; la mayoría de los delitos no incluyen conductas
agresiva alguna y/o violentas, pero además muchísimos comportamientos agresivos
no son delictivos; así como muchos actos violentos no son constitutivos de
delito. Algunas definiciones de violencia incluyen compartimentos muy leves, como un bofetón o
empujón del padre al hijo, y la inclusión del abuso psicológico.
II. 4. EL COMPORTAMIENTO DESVIADO:
Otras orientaciones mantienen que la criminología
debe estudiar los comportamientos
desviados en general. El delito, de hecho, es un en general un acto
desviado. Esta es la posición que predomina en nuestro ámbito científico. Así
para Restrepo Montalvo “el objeto de
estudio de la
Criminología es el fenómeno social de la desviación y la
reacción del grupo social frente a ella”; Reyes
Echandía afirma que “El concepto de criminalidad que hemos empleado
comprende tanto la delincuencia legalmente tipificada (…) como la que, sin
estarlo, se aparta de las normas sociales establecidas y genera rechazo
colectivo o institucional; es lo que hoy suele denominarse desviación”.
A pesar que este punto de vista tiene especial
fuerza en la doctrina criminológica, tiene detractores, que señala que el
objeto de estudio de la criminología esta constituido por el delito, no por los
comportamientos desviados.
III.
NECESIDAD DE UNA
DEFINICION CRIMINOLGICA:
Existen,
en efecto, numerosas nociones de “delito”. El Derecho Penal, por ejemplo, se
sirve de un concepto formal y normativo, impuesto por exigencias ineludibles de
legalidad y seguridad jurídica: delito
es toda conducta prevista en la ley penal y solo aquella que la ley castiga. (CONCEPCION LEGAL DEL DELITO).
Pero ninguno de estos conceptos de delito puede ser asumido completamente por
El
concepto penal
constituye su obligado punto de partida pero nada más, porque el formalismo y
el normativismo jurídico resultan incompatibles con las exigencias
metodológicas de una disciplina empírica como la criminología.
No así la moderna Criminología, consciente de la problematización de aquél, que se interesa sobre todo por temas de mayor trascendencia, por ejemplo, las funciones que desempeña el delito como indicador de la efectividad del control social, su volumen, estructura y movimiento, el reparto de la criminalidad entre los distintos estratos sociales, etc.
Hasta tal punto ha perdido interés el debate academicista sobre el concepto criminológico de delito que un sector doctrinal sugiere utilizar el que más corresponda a las características y necesidades de la concreta investigación criminológica.
Para
El
delito es un problema de la comunidad, nace en la comunidad y en ella debe
encontrar fórmulas de solución positivas.
El crimen no es un tumor o una epidemia social, ni un cuerpo extraño ajeno a la comunidad, ni una anónima magnitud estadística referida al irreal delincuente medio, sino que, un doloroso problema humano y comunitario.
Esta
explicación de lo que es el delito como objeto de estudio de la criminología,
es sin duda un tópico en donde la doctrina se encuentra enfrentada, para la
cátedra considera atendible, entenderlo como un comportamiento desviado,
siguiendo a Reyes Echandia que comprenda conductas expresamente tipificadas en
las leyes penales, como otros comportamientos desviados, de interés
criminológico, como la drogadicción, la prostituciòn, la violencia
intrafamiliar, y otros.
DELITO DE CUELLO
BLANCO
Se
entiende por delito de cuello blanco, a aquellos ilícitos penales cometidos por
sujetos de elevada condición social, utilizando como herramientas sus
conocimientos profesionales, o sus contactos en el mundo de los negocios, la
política; ect. Este concepto fue ideado en el año 1939 por Edwin Sutherland.
Por
otra parte los sujetos activos de estos delitos, suele ser personas de clase
socioeconómica alta o media alta, con poder económico o influencias en los
órganos encargados de la administración de justicia. Esto la torna menos
vulnerable, ya sea porque escapan a la detención y a la condena.
Existen
diversas teorías que tratan de explicar el comportamiento del delincuente de
cuello blanco. Hemos tomado lo más relevante de ellas, intentando hacer una
aproximación del sujeto activo que perpreta este tipo de ilícitos:
Materialismo: solo da valor a los bienes materiales, es un
autentico maniaco, su tensión patológica
se libera con la ganancia, tiene una psicología similar a la del jugador
compulsivo.
Egocentrismo: no alcanzan a lograr afectividad, esta soledad la
compensan mostrándose generosos económicamente.
Narcisismo: son soberbios, inestables, y esto se traduce a su
situación social, suelen ser muy audaces.
Peligrosidad: no valoran límites éticos.
Hipocresía: son fríos y se muestran generosos y complacientes.
Neuróticos: Falta de conciencia de culpabilidad, debido a que
estos actos no provocan reacción social, ya que hay personas que no lo
consideran delito.
MODELOS:
A) MODELO CLASICO LIBEROARBITRISTA DE LA OPCION RACIONAL Y TEORIAS
SITUACIONALES DE LA
CRIMINALIDAD.
B) MODELO CIENTIFICO- POSITIVISTA Y NEOPOSITIVISTA.
C) ENFOQUES DINAMICOS- TEORIA DE LA
CURVA DE LA EDAD- CRIMINOLOGIA DEL
DESARROLLO.
MODELO CLASICO LIBEROARBITRISTA DE
LA OPCION RACIONAL
Y TEORIAS SITUACIONALES DE LA
CRIMINALIDAD.
El modelo que ahora se examina no es un modelo unitario,
acoge aportaciones de muy distintas procedencia, acuñadas en marcos históricos
diferentes. Nace sin duda del pensamiento de la Ilustración que
profesaba imagen del hombre como ser racional y libre; y una concepción
consensual del orden social. El dogma liberoarbitrista no pretendió ofrecer una
teoría etiológica de la criminalidad de las causas de esta, sino el soporte de
una respuesta legal racional y justa al delito. Posteriormente las
orientaciones economicistas han convertido un principio abstracto racional
utilitarista como fundamento al nuevo sistema de penas, en eje y modelo del
actuar humano, al hacer de la
ponderación de costes y beneficios, del balance de ganancias y perdidas, el
criterio rector de cualquier decisión del individuo, criterio rector de
cualquier decisión del individuo.
Los conceptos de coste (castigo, pérdidas, etc.) y
beneficio (recompensa, placer, etc) asociados al comportamiento delictivo
tienen diversas dimensiones y contenidos. El primero (coste) incluye no solo
las sanciones formales, sino también las pérdidas materiales, la desaprobación
de la conducta por terceras personas, el temor de la venganza de la víctima, el
complejo de culpa, etc. En cuanto a los beneficios y recompensas, habría que
ponderar también, la gratificación emocional, la aprobación de los padres y
amigos, la satisfacción por el ajuste de cuentas con un enemigo, el realce del
propio sentimiento de justicia.
I. SUBORIENTACIONES:
I.1. TEORIA DE OPCION
RACIONAL, MODELO DE ORIENTACION ECONOMICISTA:
La concepción del delincuente como individuo racional y
libre que opta por el crimen en virtud de una decisión guiado por criterios subjetivos de utilidad tiene
larga tradición en criminología. No obstante el análisis económico del delito
trasciende la mera reformulación del pensamiento racionalista y utilitario del
mundo clásico e ilustrado, tanto desde un punto de vista metodológico e
instrumental como ideológico.
Metodológicamente, la arrolladora influencia de la Economía en las ciencias
sociales y humanas ha generalizado el empleo de técnicas de investigación cuantitativas al análisis del problema del
crimen. Según BECKER la criminología
podría limitarse a hacer extensivo el
fenómeno criminal dicho análisis (economic choice) prescindiendo sin más, de
las teorías convencionales de la anomia, la frustración la herencia, etc.
El análisis económico del delito ha contribuido sin
duda, a consolidar una imagen de
normalidad del infractor (y del propio hecho criminal); a racionalizar la
respuesta legal del mismo, optiminzando siempre el empleo de los siempre
escasos recursos del sistema; y sobre
todo a diseñar eficaces políticas criminales de prevención y control,
ponderando siempre criterios de costes y beneficios.
Que, la decisión racional de costes y beneficios exprese la
estructura motivacional del infractor y la de cualquier ciudadano en los más
diversos ámbitos de la vida humana no excluye la posibilidad de valorizaciones
subjetivas discrepantes de aquellos elementos porque los procesos decisorios
siguen el mencionado esquema pero
intervienen una infinidad de variables, incluidas las personales.
Propugna una imagen racional a ultranza del comportamiento
humano, válida, tal vez, en un sector de la criminalidad económico-patrimonial
y en la delincuencia organizada, pero no susceptible de generalización al resto
de los hechos punibles.
I.2. TEORIA DE ACTIVIDADES RUTINARIAS.
La teoría de las actividades rutinarias vincula la
racionalidad de la opción delictiva
al factor oportunidad, al contexto situacional del autor. Es,
pues, una teoría situacional más, que acentúa la relevancia de los factores temporales y espaciales, de
una parte, y el fracaso del control social formal e informal, de otra, cuando explica la génesis del
delito.
La teoría de las actividades rutinarias o teoría de la
oportunidad, a diferencia de las teorías convencionales criminológicas, estima
que no basta con la existencia de un delincuente predispuesto (motivado) al
delito para que este llegue a cometerse si
no concurre la oportunidad propicia o situación idónea para que aquel
pase a la acción. Acentúan, por tanto, la relevancia del factor oportunidad, tradicionalmente
menospreciado o preterido, reprochando al pensamiento tradicional que operase
con la existencia ficticia de oportunidades ilimitadas y ubicuas y olvidase
que, en principio, cualquiera puede delinquir.
La teoría de la oportunidad no se remonta al pasado remoto
para diagnosticar, las causas del crimen. Se limita a contemplar el contexto
situacional presente de éste, sus variables temporales y espaciales inmediatas
Para COHEN y
FELSON la efectiva comisión de un delito requiere el concurso
temporo-espacial de tres factores: 1) un delincuente motivado y con las
habilidades necesarias; 2) un objeto apropiado (persona, cosa, etc.), esto es,
valioso y accesible al infractor; y 3) la ausencia de guardines (policía,
vigilantes, medidas de autotutela, etc) que la protejan y eviten el delito.
A juicio de los autores, la sociedad postindustrial
ofrece más o mejores oportunidades de delinquir porque la organización
temporo-espacial de sus actividades cotidianas lícitas y estilo de vida de sus
ciudadanos incrementa el número de objetivos apropiados para el infractor
motivado, mejora los medios y recursos técnicos de este último, y reduce
significativamente el rendimiento y efectividad del control social informal.
I.3.TEORIAS DE MEDIO O ENTORNO FISICO.
Comparten, también el modelo o paradigma del crimen de
opción racional y libre de un conjunto de teorías y análisis heterogéneo que
subraya la relevancia decisiva del
espacio físico, medio o entorno en la génesis del comportamiento delictivo.
La racionalidad de este último se vincula entonces a las ventajas y felicidades que ciertos espacios deparan al
delincuente, a la vis atractiva de los mismos, que explicaría por qué el delito
se concentra selectivamente en dichos lugares
Una orientación muy representativa de las tesis espaciales
es la del análisis ecológico del “defendible space”, propugnado por NEWMAN que se orienta a la prevención
del delito a través del diseño arquitectónico y urbanístico, y ambiental.
El objetivo último de
NEWMAN como el de todas las tesis situacionales, apunta más a metas
previcionistas que a la elaboración de modelos etiológicos explicativos del
crimen. Le interesa más la prevención del delito que la explicación del origen
o génesis de éste.
Por ello NEWMAN
propone una arquitectura urbana que genere en sus destinatarios un sentido de
territorialidad respecto del entorno vecinal y de autodefensa de los lugares y
situaciones más proclives al delito (“defensible space”); y que dificulte al
máximo la ejecución de designios criminales,. Mediante la creación de barreras
y obstáculos que incrementen el riesgo para el infractor potencial. El
sentimiento de vecindad o de comunidad, evitaría el anonimato y la despersonalización,
corresponsabilizando a los habitantes de los lugares más peligrosos de cuanto
pueda suceder en los mismos, las barreras simbólicas o reales al definir y delimitar los espacios (como públicos y privados)
generarían un positivo sentido de territorialidad, de autoprotección,
incrementando las relaciones interpersonales y el rendimiento de control social
formal.
MODELO CIENTIFICO
–POSITIVISTA Y NEOPOSITIVISTA
Con la lucha de Escuelas se perfilaron en el
panorama criminológico tres orientaciones relativamente definidas: las
biológicas, las psicológicas y las sociológicas.
Las
orientaciones psicológicas buscan la
explicación del comportamiento delictivo en el mundo anímico del hombre, en procesos
psíquicos anormales (psicopatología) o en vivencias subconscientes que sólo pueden ser captadas a través de
la introspección (psicoanálisis).
Las
orientaciones sociológicas contemplan el
hecho delictivo como “fenómeno social”,
aplicando al análisis del mismo, diversos marcos teóricos: ecológico,
interaccionista, estructural-funcionalista, etc.
I.
MODELOS O ORIENTACIONES BIOLOGICISTAS:
I.1. ANTROPOMETRIA:
Los principales
progresos en el
campo de la Antropometría se
debieron a A.
Bertillon (1857-1914), quien ideó un complejo sistema de medidas colaterales –once-, que unidas
a la fotografía
de los delincuentes
pretendía servir como
instrumento de identificación de
éstos.
Según
su creador, midiendo
la estatura, la
longitud de la
cabeza, la del
dedo medio, la máxima
de los brazos,
etc., pudieron ser
identificados muchos delincuentes que, en otro caso, hubieran
escapado a la justicia. Ciertamente, el
Bertillonage despertó numerosas críticas y rechazos, pero acabó siendo
adoptado por la policía y los presidios de todo el mundo.
Solo
puede ser entendido
como un método de
identificación del
delincuente, unido a
otras técnicas más
modernas, y siempre
en el marco
de la Criminalística. Pero que,
en modo alguno,
aporta una teoría
explicativa del hecho criminal (Criminología).
I.2. ANTROPOLOGIA:
Las investigaciones realizadas en este ámbito son particularmente tributarias de la herencia Lombrosiana.
Hipótesis fundamental de la antropología Criminal es la existencia de un tipo humano inferior,
degenerado, hipoevolutivo (el tipo
criminal), dotado de características singulares, distintas de los demás individuos no delincuentes, y con una
poderosa carga hereditaria.
Destacan el Médico de prisiones inglés GORING y el
Antropólogo de Harvard HOOTON.
A)
GORING: (1870 1919)
Propugnando
la tesis de la inferioridad, de base hereditaria, del delincuente,
negó la
existencia de un
tipo físico de
criminal (Critica a Lombroso). Se mostró partidario del método
estadístico.
No encontró estigmas
degenerativos ni
diferencias sensibles entre el grupo criminal y el no criminal.
En cambio señalo, que si había base
empírica para mantener
la inferioridad
del criminal y el carácter
hereditario de ésta. Dicha inferioridad y el déficit
psíquico de inteligencia, en que se
concretaba no debía
de interpretarse en
sentido patológico, como
expresión de anormalidad en el
delincuente.
B) HOOTON:
Público en 1939 su
obra “The american criminal. An
Anthropological Study”, en la que
rebate las tesis
de Goring.
El criminal es un
ser orgánicamente inferior, y el delito producto o resultante del impacto del medio en un
organismo humano de rango inferior; de modo que sólo puede ser suprimido
(el crimen) extirpando
el sustrato físico,
psíquico o moral
de dicha interioridad, o
mediante su total
segregación en un
medio socialmente aséptico.
A su juicio, existen diferencias significativas entre
delincuentes y no delincuentes y, a su vez, entre los
distintos subgrupos criminales.
La inferioridad
física sería relevante,
sobre todo, por aparecer
asociada a la
inferioridad mental, siendo causa
de aquélla la herencia, y no factores circunstanciales o
situacionales.
Los
delincuentes, según la
investigación de Hootón,
serían inferiores a
los no delincuentes en casi
todas las medidas
corporales. Y algunos
rasgos físicos reflejarían fielmente la inferioridad
constitucional de éstos: poca frente e inclinada, cuello largo y delgado, hombros
caídos; labios finos,
breves ángulos mandibulares,
maxilares poco ajustados, orejas
pequeñas con los
bordes del pabellón auditivo ligeramente enroscado, rostros
tensos, mandíbulas estrechas, secreción nasal muy abundante, predominio de ojos
azul-grisáceos, escaseando los ojos azules y oscuros, con pliegues pronunciados
y cejas poco pobladas. El tatuaje, por
último sería mas frecuente entre los delincuentes.
Hootón,
además creyó poder constatar una clara correlación entre determinadas
características físicas y
las diferentes clases
de delincuentes: así, los individuos altos
y delgados serían proclives a la comisión de asesinatos y atracos: los
altos y corpulentos, homicidios,
falsificaciones y estafas;
los bajos, hurtos
y desvalijamientos; los
bajos y gruesos, violaciones
y abusos sexuales, etc.
Cabe citar
también a L.P. VERVAEK , pone
especial énfasis en el código biológico individual y en la herencia; a su
juicio, el medio social no crea nada, se limita a desarrollar, o a evitar el
desarrollo en su caso, de los caracteres hereditarios.
DE GREFF es uno de los partidarios de
la teoría de la personalidad criminal, esto es, de la supuesta de una entidad
global, específicamente criminal dotada, en cuanto personalidad unitaria, de
unas características anatomofisiológicas
propias, producto de la degeneración que tendrían su origen en múltiples taras.
I.3. BIOTIPOLOGIA:
Es
una disciplina científica
que versa sobre
el tipo humano atendiendo al predominio
de un órgano
o función. La
premisa de las
investigaciones biotipológicas
es la existencia
de una correlación
entre las características físicas del individuo
y sus rasgos psicológicos, entre tipo
somático o corporal y tipo
mental, carácter y
temperamento.
Existen
numerosas tipologías según diversas escuelas y criterios de clasificación
utilizados por las mismas: Como la Escuela Francesa destacada por SIGAUD
(1862-1921), quien distinguía cuatro tipos de humanos según el sistema que
predomina en ellos (respiratorio, digestivo, muscular y cerebral). También se
puede citar a la Escuela Italiana donde sobresalen los autores PENDE, VIOLA, y
BARBARA distingue dos tipos fundamentales: el brevilíneo y el longilíneo, en el
primero el desarrollo del cuerpo es horizontal: el predominio del sistema
vegetativo produce individuos enérgicos y vitales; el tipo longilíneo, por el
contrario, significa la prioridad de la vida de relación; se trata de personas
de mayor estatura, tórax alargado y miembros largos, abúlicas y depresivas, con
tendencia a la introversión y fantasía.
Sin embargo, consideramos
desarrollar la Escuela Alemana y Norteamericana respecto a la biotipología:
A) KRETSCHMER (1888 – 1964) ESCUELA ALEMANA
En el ámbito
físico:
1) Leptosomático: de cuerpo
delgado y alargado, cabeza pequeña y puntiaguda nariz.
2) Atlético:
persona con gran desarrollo muscular, tórax y cabeza grande.
3) Pícnico: sujeto con la cabeza redonda, las
extremidades cortas y tendencia a la obesidad.
4) Displásico: sujeto con características muy
exageradas de individuos que no encajan en los tipos anteriores (gigantismo,
obeso e infantilismo);
5) Mixto: es el más usual en la práctica en
cuanto que mezcla características de las anteriores.
En el ámbito
psicológico:
1) Esquizotímico: persona introvertida, nerviosa e
irritable que si padece alguna enfermedad se identifica con la esquizofrenia.
Hay una relación entre el leptosomático y el esquizotímico.
2) Ciclotímico: persona extrovertida, que pasa de
la alegría a la tristeza en un momento. En cierta medida una persona inestable
emocionalmente. Estaría unido al pícnico.
3) Viscoso: es una mezcla entre el
esquizotímico y el ciclotímico. Suele mostrarse por lo general como un sujeto
tranquilo y pasivo. Lo representa desde el punto de vista físico con el
atlético y con el mixto.
FÍSICO PSÍQUICO DELINCUENCIA
LEPTOSOMATICO
|
ESQUIZOTIMICO
|
|
Cuerpo alargado y delgado, cabeza pequeña y nariz puntiaguda
|
Introvertido, variable, irritable, puede padecer alguna enfermedad
mental siendo la mas habitual la esquizofrenia
|
Suele cometer delitos patrimoniales sin violencia y es
reincidente porque el tratamiento no
es eficaz
|
ATLETICO
|
VISCOSO
|
El mÁs peligroso de los tres
|
Gran desarrollo muscular con tórax y cabeza grandes
|
Mezcla entre el esquizofrénico y el ciclotímico. Personas tranquilas y
pasivas por lo general
|
Por lo general son sujetos muy violentos que se valen de su
composición física para delinquir. Suelen caracterizarse por cometer delitos
violentos y contra la libertad sexual
|
PICNICO
|
CICLOTÍMICO
|
|
Cabeza redonda, extremidades cortas y tendencia a la obesidad
|
Extrovertido que pasa de la alegría a la tristeza en un instante
|
Presenta la tasa mas baja de delincuencia, siendo muy raro que delinca
de forma habitual
|
DISPLASICO,
|
||
Engloba a alguno de los anteriores pero con algún defecto en su
descripción, por ejemplo un
Leptosomático con cabeza grande., o un Pícnico con extremidades normales o
largas.
|
||
|
||
MIXTO, más
habitual mezclando distintas categorías
|
B) LA ESCUELA NORTEAMERICANA
DESTACAN W. SHELDON, EL MATRIMONIO
GLUECK Y JB CORTÉS
SHELDON: (1949)
Tiene connotaciones
embriológicas, parte de una unidad celular, denominada “blastodermo”
de la que procede todo individuo; y distingue tres capas concéntricas, que de
adentro a fuera reciben el nombre de:
1) Endodermo (Aquella donde se generan las células digestivas)
2) Mesodermo (Generadora de huesos y músculos); y
3) Ectodermo (La capa más externa estaría configurada por el tejido
nervioso y la piel.).
Las características somáticas darán lugar a tres tipos de
sujetos:
Endomorfo o endodermo: sujetos que presentan las células digestivas más grandes.
Son sujetos obesos y en el aspecto psíquico son sociales, tolerantes, hogareños
y extrovertidos.
Mesomorfo o mesodermo: se desarrolla más el núcleo intermedio (huesos y
músculos). Es un sujeto con una composición fuerte, aventurero, ambicioso,
inestable y osado.
Ectomorfo o ectodermo: sujeto que desarrollo básicamente la capa más externa
(tejido nervioso y piel). Sujeto con el cuerpo alargado, hipersensible,
solitario e introvertido.
A cada tipo físico, le corresponderían unos rasgos
caracterológicos y temperamentales
propios:
El
viscerotónico es el endomorfo;
cómodo, lento, glotón,
sociable, cortés, tolerante, hogareño
y extrovertido.
El
somatotónico, es
mesomorfo; firme, aventurero, enérgico, atlético,
ambicioso, osado, agresivo,
inestable, dinámico.
El
cerebrotónico es ectomorfo; rígido, rápido, aprensivo, controlado,
asocial, hipersensible, solitario, pleno de problemas de carácter funcional,
alergias, insomnios, sensible al ruido, introvertido, etc.;
La conclusión de Sheldon fue
clara: predominio acusado del componente mesomorfo en el
grupo de criminales, y
escasamente ectomorfos.
Finalmente
se puede mencionar al matrimonio Glueck, como a Cortes brevemente:
El matrimonio Glueck:
Llegó también a la conclusión de que la mayor parte de los
delincuentes eran dominantemente
mesomórficos, y desde
luego en proporción
muy superior a la detectada en el grupo de control.
Cortes:
También llego a la conclusión de que el grupo criminal es
predominantemente mesomòrfico; encontrando que se halla asociada con la
necesidad de éxito y poder, con la agresividad, con la extraversión e
impulsividad; datos a los que unía otro de carácter sociofamiliar: cuanto más mesomorfo es un individuo
delincuente, menos disciplina y control parece recibir en el ámbito familiar.
I.4. MODERNA NEUROFISIOLOGIA:
El descubrimiento del Electroencefalógrafo (EEG),
aparato que permite el registro
gráfico de la actividad
eléctrica del cerebro,
ha potenciado una serie de investigaciones científicas que permiten
demostrar una clara correlación
entre determinadas irregularidades o disfunciones cerebrales y la conducta humana,
concretamente, la criminal.
Monroe llegó
a dos conclusiones:
en primer
lugar, la evidencia
de disfunciones neurológicas en sujetos no considerados anteriormente
como afectados por las mismas; En segundo
lugar, que sólo
una parte mínima
de los analizados
acusaron tales
anormalidades en el
lóbulo temporal, lugar
convencionalmente
considerado como el centro de la agresividad. A juicio de
Monroe el grupo que manifestaba
anomalías en el EEG era el
más agresivo, antisocial
y conflictivo, presentando
más cicatrices y marcas de nacimiento que el grupo con un EEG regular.
Otros estudios electroencefalográficos han pretendido
verificar dos hipótesis:
a) Que
muchos de los
denominados crímenes violentos
sin motivo aparente responden a
anomalías cerebrales graves que detecta sólo el electroencefalograma EEG,
pero que pasarían
desapercibidas en un examen clínico.
b) En
segundo lugar, que
existe una determinada
conexión entre concretos hechos
delictivos cometidos por
jóvenes, producto de personalidades inmaduras, y singulares
disfunciones cerebrales.
DISFUNCIONES:
Disfunción
cerebral mínima:
definida como una anomalía
de la estructura
cerebral, suele asociarse
a los casos
extremos de la misma:
comportamientos
antisociales, desajustes en
los mecanismos cerebrales
de estímulo y control, problemas de percepción visual, hiperactividad,
agresividad, etc.
Anomalías electroencefalográficas:
Diversas investigaciones llaman la atención
sobre la relación existente entre
anomalías electroencefalográficas y comportamientos delictivos, especialmente
violentos.
Otras
disfunciones cerebrales: La hipótesis
de que las
dolencias cerebrales pueden explicar
muchos crímenes violentos,
ha tratado de
verificarse a propósito
de concretas patologías: fundamentalmente, los tumores, shocks
traumáticos, determinadas dolencias
y patologías del
sistema nervioso central
(arterosclerosis cerebral, epilepsia, demencia senil, síndrome de
Korsakoff, corea de Huntington, etc.), etc.
Diversos estudios clínicos, por ejemplo, para haber
demostrado que algunas personas pacíficas afectadas por procesos tumorales en
el cerebro se tornan violentas y causan graves daños a sus familiares y seres
queridos por los cambios profundos de personalidad y problemas psicológicos que
aquellos conllevan: episodios psicóticos,
alucinaciones, irritabilidad, depresión, e incluso ataques homicidas. Lo
que sucede también, con otros shocks traumáticos (accidentes de tráfico) que
pueden alterar la personalidad ocasionado graves trastornos de conducta. Las
patologías del sistema nervioso central antes citadas, suelen asociarse a
pérdidas de memoria, del sentido de la orientación, trastornos emocionales,
irritabilidad y accesos de cólera, etc. Por ultimo autores como W. ENKE, LEMPP y otros creen haber
podido verificar una sólida correlación
entre trastornos conductuales (comportamientos sociales) y daños
cerebrales padecidos en la infancia.
I.5. SISTEMA NERVIOSO AUTONOMO:
Eysenck, el funcionamiento del sistema nervioso
autónomo puede predisponer
a la persona
a un comportamiento antisocial, y
en su caso
delictivo, por la
importancia que tiene
en el proceso
de socialización.
Puso el acento
en la gran
importancia del sistema
nervioso autónomo, relacionando
éste con los conceptos de introversión
y extroversión.
Según Eysenck,
la amenaza intimidatoria
del castigo es mucho
más eficaz potencialmente
respecto del introvertido, quien muestra en tales casos elevados niveles
de ansiedad. La
persona extrovertida, por
el contrario, experimenta
menor ansiedad, tanto porque es
menos sensible al dolor, como porque en la búsqueda de la estimulación que necesita,
acudirá a comportamientos o
actividades prohibidas. Concluye que el psicópata –caso extremo de
extraversión- no desarrolla una conciencia adecuada precisamente por el modo de
funcionar su sistema nervioso autónomo.
Diversas investigaciones parecen
insinuar la incapacidad del psicópata para
aprender del castigo,
de modo que,
un determinado sustrato
biológico le impide formar una conciencia social. Quizás,
su bajo nivel de activación (cerebral), acaso cierta dificultad para verbalizar
la contingencia implícita en el condicionamiento de la pena, determinan el
reducido condicionamiento autónomo del mismo para aprender (para ser
condicionado) por un estímulo doloroso o ejemplar (como lo es el castigo).
I.6. ENDOCRINOLOGIA:
Diversas
investigaciones han tratado
de asociar el comportamiento humano
en general –y
en particular el
del criminal- a procesos hormonales o
endocrinos patológicos,
a determinadas disfunciones
– hiperfunciones o
hipofunciones- de
las glándulas de
secreción interna (hormonas), dada la
conexión de éstas con y el
sistema neurovegetativo, a su vez, con
la vida instinto- afectiva. Se abre paso,
así, la idea
del hombre como
ser químico, con
todas sus consecuencias: un desajuste o desequilibrio significativo en
la balanza química u hormonal del individuo puede explicar trastornos en su conducta y en
su personalidad.
Las
tesis endocrinológicas difieren del pensamiento Lombrosiano:
1.
No suelen mantener el carácter hereditario.
salvo alguna matización a propósito de delitos sexuales.
2.
Considera viable la curación de quien padece
tales disfunciones, mediante
el oportuno tratamiento
hormonal.
3.
La
influencia eventualmente criminógena
de las mismas
no es directa, sino
indirecta.
La incidencia criminógena
de un elevado
nivel de
testosterona (esteroide
hormonal masculino) como determinante de agresividad en el varón, fue detectada
por L.D. Creus y
RM Rose, en
1972, al observar
un nivel superior
al normal de
dicha secreción en internos que habían cometido delitos violentos. A la
misma conclusión llegó en 1976 R.T. RADA.
Los tratamientos clínicos de delincuentes sexuales varones
a través de suministro de drogas que
reducen los niveles
de testosterona, parecen
haber dado resultados positivos a corto plazo, pero se
ignoran sus efectos a medio y largo plazo.
Una teoría de
la criminalidad, de
base exclusivamente endocrinológica, está condenada al fracaso, porque son muchos
los individuos no delincuentes que padecen, sin embargo,
disfunciones hormonales (del mismo modo que muchos criminales no las
padecen); y, en
todo caso, sólo
es viable establecer una conexión fiable entre
determinadas patologías endocrinas y
concretos comportamientos criminales. El tratamiento con hormonas sintéticas parece
abrir nuevas expectativas, a largo plazo, a la penosa lucha contra la
enfermedad mental; pero no cabe esperar de la Endocrinología más
de lo que ésta puede aportar, pues se corre el riesgo, según ha dicho algún
autor, de tratar de explicar lo conocido por lo desconocido.
Shlapp y Berman, en la década de los años 20, marcan el inicio de
la Endocrinología Criminal; el primero de ellos, puso de relieve que el crimen
no es sino consecuencia de una perturbación emocional, derivada de un desajuste
hormonal. El segundo aporto datos valiosos sobre la interrelación existente
entre actividad glandular, la personalidad y los problemas de comportamiento,
resaltando los espectaculares éxitos clínicos obtenidos a través de
tratamientos hormonales. También se puede mencionar a Hunt, Vidoni, Kinberg,
Pende, Kronfeld, Marañón; y la sistematización llevada a cabo por Di Tullio,
Ruiz de Funes y otros.
La Endocrinología ha puesto de relieve, desde luego, la
influencia de la actividad hormonal en el temperamento y carácter del
individuo, en cuanto existen estrechos vínculos entre glándulas de secreción
interna, el sistema neurovegetativo, y la vida instinto-afectiva; en tal
sentido, constituyen aquellas un componente o sustrato organico valioso para
explicar la conducta humana, aunque no el único ni el principal.
Una teoría de la criminalidad, de base exclusivamente
endocrinológica, está condenada al fracaso, porque son muchos los hombres no delincuentes
que padecen,l sin embargo, disfunciones hormonales, y en todo caso,sólo es
viable establecer una conexión fiable entre determinadas patologías endocrina y
concretos comportamientos criminales
I.7. BIOQUIMICA Y SOCIOBIOLOGIA:
El hombre no es solo
naturaleza biológica o experiencia o historia sino un complejo organismo
biosocial, en el que influye decisivamente la interacción de factores físicos y
ambientales.
La Sociobiología rompe
con el tradicional principio de la equipotencionalidad (suposición de que todos
los hombres nacen con un idéntico potencial de aprendizaje y relaciones). y
traza un nuevo concepto de aprendizaje producto de la combinación del código
genético y el medio o entorno.
La Sociobiología rechaza
el dogma clásico de la equipotencionalidad no existen dos personas idénticas.
El aprendizaje, por otra parte, tiene una capital importancia en la conducta
humana, en la criminalidad también, pues todo comportamiento social es
comportamiento aprendido; ahora bien,
dicho aprendizaje no se controla a través de procesos sociales de
interacción, sino por otros de naturaleza bioquímica y celular, donde el
cerebro y el sistema nervioso y el sistema nervioso central desempeñan una
intervención básica.
Jeffery:
“Código genético y código cerebral son de naturaleza
bioquímica, y comprenden la
estructura bioquímica de
genes de transmisión
nerviosa al cerebro.
El tipo de comportamiento (respuesta)
que exhibe un
organismo depende de
la naturaleza del medio (estímulo) y de la forma en que
dicho estímulo se cifra, se transmite y se descifra por el
cerebro y el
sistema nervioso ... No
heredamos ya el
comportamiento como se hereda
la estatura. Heredamos
una capacidad de
interacción con el entorno.
El ser humano es un ser bioquímico, de suerte que un
trastorno o desequilibrio en su balanza bioquímica como consecuencia de
diversas razones, puede
determinar severos desajustes en
su conducta. Según
esto, muchas clases
de comportamientos delictivos no
serían, en puridad, reacciones psicosociales, sino síntomas o
manifestaciones de desequilibrios metabólicos o bioquímicos.
Por ello, la Sociobiología ha
tratado de verificar
posibles conexiones entre determinadas vitaminas y minerales,
de una parte, y comportamientos delictivos y comportamientos irregulares, de
otra.
Una
insuficiencia de vitamina
B (B3 y
B6) según Hippchen
sería causa de la
peligrosa hiperactividad de muchos jóvenes, porque dicho déficit o dependencia
produce intranquilidad y
desasosiego. A juicio
del autor, la
mayor parte de
los niños esquizofrénicos con
trastornos de conducta y de aprendizaje
padecen una clara dependencia de la vitamina B.
A juicio de Thorton, James y Doerner, un déficit nutritivo
o bajos niveles de azúcar en sangre
(Hipoglucemia) podría explicar
la hiperactividad y agresividad
de muchos jóvenes.
El cerebro es
el único órgano
que obtiene su
energía exclusivamente de la
combustión de hidratos de carbono. Por ello un déficit significativo de glucosa
en sangre –bajos niveles de
ésta o súbito
descenso de los
mismos – puede deteriorar
el funcionamiento de aquél, afectando al metabolismo. Irritabilidad,
ansiedad, depresión, aturdimiento y confucionismo, suelen ser algunos de los
síntomas de hipoglucemia con mayor relevancia –potencial- criminológica.
Algunas investigaciones relacionan crisis hipoglucénicas
con la comisión de asesinatos múltiples y sucesivos (HILL y SARGENT), con
agresiones sexuales (PODOLSKY), o creen haber detectado un índice muy
significativo de hipoglucenicos en la población juvenil reclusa (SCHMIDT, ASCH
y otros). Sin embargo falta evidencia científica de la supuesta relación de
causalidad (hipoglucemia-delito) porque una cosa es que se delinca en estado de
hipoglucemia y otra cosa que ésta sea la causa del comportamiento criminal.
Otros sociobiologos relacionan los cuadros alérgicos con
comportamiento delictivos o irregulares.
Así el síndrome de tensión y fatiga alérgicos que describe SPEER. Las alergias
nerviosas y las cerebrales pueden
influir negativamente en la conducta humana.
No faltan trabajos científicos en los últimos lustros que
relacionan determinados contaminantes ambientales con los trastornos de
conducta: entre otros, el plomo, el cadmio, el mercurio, y algunos gases
inorgánicos como la clorina y el dióxido de nitrógeno.
Jeffery se muestra
partidario de una intervención agresiva
y eficaz propugnando
el control “ambiental”
(físico) y la simultánea modificación
de las condiciones
“biológicas” relevantes en
los procesos de aprendizaje del
individuo: la ingeniera
genética, y la
intervención en el
equilibrio bioquímico cerebral a través de la dieta, la estimulación y
los psicofármacos. Control de las
contingencias de refuerzo
o castigo de
la conducta, y
empleo del adecuado
diseño urbano para potenciar
la interacción social,
son algunas de
las fórmulas que
sugiere para un tratamiento que, a su juicio, debiera llevarse a cabo
donde la conducta se gesta y consolida, en su sede natural: fuera del
establecimiento penitenciario.
I.8. GENETICA
CRIMINAL:
Los progresos de la
Genética
suscitaron pronto los
inevitables problemas de
la “herencia criminal”. Los ámbitos preferentes de la Genética Criminal
son:
1.
Los
estudios sobre familias criminales. Se trata investigaciones de descendencia de una sola
línea, sin considerar el influjo hereditario de los demás descendientes, para
explicar la elevada tasa de criminalidad de los descendientes de una misma
familia.
2.
Sobre
gemelos. (Univitelinos y Bivitelinos). Operan con mayor o menor
semejanza de la carga genética y los índices de incidencia criminal apreciados
en los respectivos casos.
Los gemelos univitelinos
o unicigoticos, son producto de la fertilización de un mismo ovulo y tienen
idéntico genotipo; los bivitelinos o dicigóticos proceden de una fertilización
simultánea de dos óvulos.
Una excerbación de la
relevancia del factor genético
simplifica el problema olvidando como bien dice GARCIA ANDRADE,
que “el hombre no es solo herencia sino historias”.
3. Adopción.
4. Anomalías cromosómicas.
El criterio básico
para diagnosticar tales
disfunciones sería el número
de cromosomas, esto es, un exceso
o un defecto
en la composición de
los llamados “gonosomas”
(cromosomas que fijan las características sexuales primarias y secundarias del
individuo). Cada célula contiene 23 pares de cromosomas (uno de ellos son los
gonosomas) En la mujer,
ambos cromosomas son
similares en tamaño
y forma contemplados
al microscopio (XX) En el varón difieren, siendo uno de ellos más
pequeño (XY).
Las principales malformaciones observadas fueron:
1.
Por defecto: el síndrome de Turner (XO).
2.
Por exceso: En la mujer, anomalías
cariotípicas que responden a las
fórmulas: XXX, XXXX y XXXXX.
3.
En el varón, el síndrome de Klinefelter (XXY,
XXXY, XXXXY o XXXYY).
4.
Y la conocida trisomía XYY.
II. ORIENTACIONES O MODELOS
PSICOLOGISTAS:
Se examinan,
a continuación, un
conjunto de modelos
teóricos que explican
el comportamiento delictivo en
función de determinados
procesos psíquicos normales
o patológicos.
Procede, por ello,
una previa delimitación
conceptual, distinguiendo los ámbitos respectivos de la Psicología , Psicopatología
y Psicoanálisis.
EL PSICOANÁLISIS, concibe
el crimen como
comportamiento funcional simbólico, expresión de conflictos psíquicos
profundos, pretéritos, de desequilibrios
de la personalidad que sólo
pueden desvelarse introspectivamente, ahondando en el
inconsciente del individuo.
II.1. LA TEORIA PSICOANALITICA :
Particular relevancia
criminológica tiene la teoría psicoanalítica, que propugna un análisis
introspectivo para desvelar las ocultas motivaciones del delincuente (método
radicalmente opuesto al seguido por la Psicología conductista).
No existe,
ciertamente, un cuerpo
de doctrina unitario
y monolítico en el
Psicoanálisis, ni idénticos planteamientos metodológicos. (FREUD, FROMM, ADLER,
JUNG).
El modelo
psicoanalítico se caracteriza
frente a otros
modelos (el modelo biofísico, el conductista, etc.) por
algunos rasgos: se trata de un modelo psicodinámico, que responde a un poderoso
determinismo biológico; concede particular importancia al instinto sexual,
sustrato, motor y
referencia obligada del
comportamiento de todo individuo.
El marco
psicopatológico se encuadra
en conflictos infantiles, que se manifiestan durante la vida adulta a
través de procesos inconscientes, por lo que el único método que
permite captar la dinámica
y significado simbólico
del comportamiento humano es
el introspectivo, conflicto
mental, represión y
delito como respuesta simbólica
o comportamiento sustitutivo,
son para el
psicoanálisis los tres eslabones de
un proceso dinámico.
El conflicto
mental, reprime en el inconsciente
los impulsos y
complejos del individuo:
éstos, tratan de aflorar al mundo consciente venciendo el obstáculo del
censor que les retenía allí, de
suerte que todos
los actos humanos,
incluidos los delictivos,
son respuestas simbólicas
que directa o indirectamente expresan
la realidad del inconsciente, el complejo de Edipo tiene
un poderoso efecto criminógeno según la teoría psicoanalítica, por
generar cuando no
es superado un
complejo de culpa
en el sujeto cuyo
componente auto punitivo
lleva a éste
al delito: precede
y motiva al
crimen, en lugar de suceder a
éste.
FREUD (1856-1939) neurólogo y psiquiatra vienés.
Su interés científico
inicial como investigador se centró en el campo de la neurología,
derivando progresivamente sus investigaciones hacia la vertiente psicológica de
las afecciones mentales, de la que daría cuenta en su práctica privada.
Teoría Psicoanalítica
|
|
Pansexualismo
|
El sexo como centro de la teoría; para Freud
el sexo es la inspiración que mueve al hombre.
Todo acto humano y por lo tanto el delito,
lo antisocial, lo desviado tiene una base, una esencia, un significado
sexual.
|
Los instintos
|
El instinto base es el “eros” o instinto de
vida, instinto que es principal y básicamente sexual. A este instinto le
contrapone el “tánatos” o instinto de muerte. La vida y la muerte, dos polos
que se contraponen. En ocasiones nos movemos buscando la vida, y otras
buscando la muerte. A veces es la vida o la muerte de los demás, y en
ocasiones es la vida o la muerte propia.
Esta teoría tiene influencia en
|
Complejo de Edipo
|
Tomada de una tragedia griega, que dice que
el rey de Tebas, Layo, es advertido por el oráculo que su destino es morir a
manos de su futuro hijo, por lo que Layo manda matar al recién nacido Edipo,
lo que no sucede, ya que el encargado de hacerlo se arrepiente y da el
pequeño a un pastor, que lo lleva a los reyes de Corinto, los que lo adoptan.
Edipo ya bastante grandecito va al oráculo
de Delfos, el que le augura que su destino es matar a su padre y desposar a su
madre. Edipo huye de Corinto para evadir su destino, sin saber que en
realidad corre hacia el.
En un cruce de caminos tiene un altercado
con unos viajeros matando a tres de ellos, entre los que está Layo, después
se enfrenta a
Años después al saberse la verdad, Yocasta,
la esposa-madre, se suicida; Edipo el esposo-hijo, se saca los ojos y va a
vagar acompañado por sus hermanas-hijas.
Para Freud todos somos Edipo, al menos en la
primera infancia, en que se desea sexualmente a la madre y se odia al padre
(inconscientemente). Esta fase debe ser superada, de lo contrario el
individuo desarrollara una serie de anomalías, su personalidad estará mal
estructurada, y podrá llegar al crimen, en ocasiones por sentimientos de
culpa. El criminal es en sí, una persona que no resolvió su conflicto
edípico.
Lo anterior se manifiesta para los hombres,
en el caso de las mujeres Freud se debraya, y explica lo que pasa con las
mujeres es que tienen un complejo de castración, es decir, que la niña, al
observar al padre y a la madre, se da cuenta, que en alguna ocasión ella,
tuvo un órgano sexual como los hombres, pero por desear a su madre fue
castrada y lo perdió. Por consiguiente viene un fenómeno curioso, que la
mujer va temer y odiar al padre, porque subconscientemente cree que él es el castrador, y por otro
lado lo va amar por un fenómeno llamado “envidia del pene” (Freud, 1942:845).
|
La libido
|
La líbido se va desarrollando conjuntamente
con el individuo y ese desarrollo debe ser paralelo, de lo contrario vendrán
anomalías.
La líbido debe tender a la heterosexualidad,
es decir, debe buscar un ser del sexo opuesto, de lo contrario, sea que se
atrase, se adelante, se revierta o se extravíe, esto traerá problemas, entre
estos la conducta criminal.
Las equivocaciones y aberraciones sexuales
son desviaciones de la líbido, así, hay hechos con matiz parasocial o
antisocial, como el fetichismo, lesbianismo, homosexualidad, sadomasoquismo,
bestialismo, zoofilia, ninfomanía, bisexualidad, etc.
|
LAS ETAPAS DE DESARROLLO:
Freud distinguió las siguientes etapas:
1.
ORAL. La boca es el primer centro de interés y de placer. El recién nacido
solo chupa y mama, y Freud compara el estado de satisfacción del niño después
de mamar con el relajamiento posterior al orgasmo. Esta etapa tiene como
duración el primer año de vida, durante el cual el niño lleva a la boca todo
objeto posible.
2.
ANAL. Posteriormente, el hombre va a pasar a una etapa anal, donde la zona
erógena principal va ser el ano, y el placer más grande que va a tener el niño
ya no va ser el tanto chupar, el succionar, lamer, morder, sino el de defecar,
sobre todo cuando llega a tener un correcto control de sus esfínteres, y
entonces va poder abstenerse de defecar para sentir un mayor placer después.
Esta etapa se divide en retentiva y expulsiva, y es en esta época donde va a
aparecer la tendencia activa o pasiva del sujeto.
3.
FÁLICA. El interés es el pene en el hombre, en la mujer el clítoris y Freud
encuentra la masturbación precoz. En esta etapa, al principio, el interés
sexual es autoerótico, pero pronto desemboca hacia los padres. En esta etapa es
más evidente el Edipo, y donde hay mayores conflictos.
4.
LATENCIA. En esta etapa los deseos sexuales desaparecen, la libido queda
adormecida y no es clara su situación, ya que se manifiesta por el temor del
niño a ser castrado por el padre, en castigo por desear a su madre, y por el
temor de que el padre muera, por los deseos inconscientes del niño. En la niña,
ya con complejo de castración, la etapa anterior se alarga, llegando más tarde
a la latencia.
5.
GENITAL. Al llegar la adolescencia, renace el interés por los órganos sexuales,
y se busca la copulación genital; al encontrar pareja se pierde el miedo a la
castración en el hombre, y la mujer descubre el placer vaginal, resolviendo así
su complejo de castración.
Sin embargo, el
individuo puede no evolucionar y quedar fijado a una etapa anterior a la genital, ya sea
por frustración o por gratificación excesiva. Así, en algunos delitos y
conductas desviadas los sujetos fijados en la etapa oral caerán en alcoholismo,
tabaquismo, onicofagia, o en delitos como injurias, calumnias o difamación, ya
que la boca es el centro de placer. El individuo fijado en la fase anal es el
delincuente contra la propiedad, así como retiene el excremento (anal
retentiva), así también bienes materiales, el usurero, el ladrón, el
defraudador, son tipos anales. Aquí también se ve como el ladrón gasta fácil lo
que obtuvo fácil, con el mismo placer del niño al defecar (anal expulsiva). Los
sujetos fálicos son los que cometen delitos sexuales del tipo violación,
estupro, e incesto, ya que no utilizan el pene para su función reproductiva,
sino simplemente placentera.
EL APARATO INTRAPSÍQUICO:
Freud, sostiene que la mente está compuesta por diferentes instancias psíquicas
que determinan la personalidad,
así describe la división topográfica de la psique, que consiste en:
a)
CONSCIENTE. Es
darse cuenta de la realidad, en momento actual.
b)
PRECONSCIENTE.
aquella en que los contenidos psíquicos pueden llegar a ser en un momento
consciente, es decir, que se pueden evocar recuerdos o asociaciones que sólo un
momento antes permanecían fuera de la conciencia.
c)
INCONSCIENTE. Son
elementos que nunca pueden llegar a ser notados por el sujeto, aquí se
encuentran los instintos, gran parte de lo reprimido, olvidado, desconocido, y no reconocible.
El inconsciente es la parte más importante del psiquismo,
es el lugar a donde van a dar todas las cosas inútiles, traumáticas o
dañinas, es una especie de hoyo negro donde se manda aquello que nos
avergüenza, nos molesta o nos angustia.
Freud compara la personalidad con un iceberg, donde el
inconsciente es la parte sumergida, no es visible, pero existe, no se capta,
pero su gran masa es lo que mueve la parte que puede apreciarse y que
erróneamente creemos que es el todo, sólo porque es lo que conocemos.
Las vivencias no desaparecen, no se olvidan, van al
inconsciente y viven ahí con gran dinamismo. Además hay un pensamiento y un
sentimiento inconscientes. Por lo que para la
criminología todo delito tiene una motivación inconsciente, profunda,
desconocida aún para el mismo criminal. Un nuevo golpe a las teorías
del libre albedrío, una victoria para los deterministas: luego el hombre, y por
lo tanto el hombre antisocial no es libre, él cree que hace las cosas por su
voluntad, pero en realidad es un conjunto de su inconsciente. Freud hace además
de la división topográfica, hay una
división dinámica, que está compuesta de tres componentes:
a)
EL ELLO,
que es el núcleo original (al nacer se es ello puro) del aparato psíquico, aquí
residen los instintos, las tendencias, las pasiones, las pulsiones. Este
componente es totalmente inconsciente y se rige por el principio del
placer, definido este último como la tendencia hacia la descarga de las
pulsiones de manera directa y total.
b)
EL YO, es una parte del ello que ha sido modificada durante el desarrollo
de la personalidad y que está en contacto con el medio ambiente; se rige
por el principio de realidad, que son las demandas ambientales que
determinan la adaptación del individuo a su entorno social.
c)
EL SÚPER YO, es una formación que se desprende del yo, y
es la introyección de la figura paterna que está formado por normas morales
de la sociedad, debido a esto se rige por el principio del deber ser.
Al Súper Yo se le atribuye la capacidad de juicio
autocritico y heterocritico, introyección de normas y valores, y formación de
ideales.
PSICOANÁLISIS CRIMINAL:
De la teoría de destrucción innata del hombre de Freud,
se sabe que actualmente el ser humano, al igual que los animales, tiene una
fuerza interior que lo lleva a atacar, ésta es la agresividad, y es una
fuerza psicológica al servicio del instinto de conservación. Esta fuerza puede
superar a los inhibidores y convertirse en agresión, y por consiguiente una
conducta antisocial.
LINARES &
ROJAS (2001) nos dicen que la premisa fundamental en
torno al psicoanálisis criminológico es que “todo
crimen no puede explicarse simplemente, y que en ocasiones la explicación es
diversa a la que aparentemente se presenta. Los instintos juegan un papel importante en la dinámica del criminal, ya que un instinto de conservación se puede
expresar de forma agresiva, que deviene en conducta antisocial. La explicación
del delincuente como un ser privado de
Súperyo es fundamental en su ubicación antisocial. La culpa juega un papel
importante en la dinámica del criminal ya que Freud llegó a la conclusión de que
un acto criminal era cometido ante todo, por su carácter de prohibido y en su
ejecución se encontraba un alivio psíquico o principio del placer “.
El aparato intrapsíquico, con su división dinámica y
topográfica, se llega a demostrar que
los crímenes tienen una explicación y motivación profunda. Freud en un
principio se preguntaba si el criminal era un neurótico, y llega a la
conclusión que difieren, pues en el neurótico hay algo oculto para su propia
conciencia, y en el criminal su hecho lo oculta hacia los demás. El criminal
difiere del neurótico en su desencadenamiento de la agresividad, en ese paso al
acto, mientras que el neurótico generalmente fantasea, pero jamás llega al
umbral.
Para Freud existe una tendencia a repetir la escena
traumática para no sufrirla pasivamente, esta
no es solamente la explicación de
la confesión, sino también del hecho de que el criminal regrese al lugar del
crimen. El criminal se siente frustrado, es frecuentemente un justiciero y
finalmente se entrega a las autoridades.
Freud hace una explicación acerca del delincuente por
sentimientos de culpabilidad, y se sorprende por la gran cantidad de pacientes
que confiesan haber cometido algún acto ilícito en su vida, y después de
analizarlos, llega a la conclusión de que “tales actos eran cometidos, ante
todo, porque se hallaban prohibidos y porque a su ejecución se enlazaba,
para su autor, un alivio psíquico” .
El sujeto sufría, una reacción de un penoso sentimiento
de culpabilidad, de origen desconocido, y una vez cometida una falta concreta
sentía mitigada la presión del mismo; el sentimiento de culpabilidad quedaba
así, por lo menos, adherido a algo tangible.
ADLER (1870-1937)
La psicología individual de Adler fija su atención en
tres principios que determinan la conducta humana:
1º.
El sentimiento de inferioridad genético, orgánico o
condicionado por la situación.
2º.
El esfuerzo por compensar este sentimiento de
inferioridad por medio de la ambición de poder.
3º.
El sentimiento de comunidad, que atenúa el sentimiento de
inferioridad y controla los impulsos de poderío.
El sentimiento de inferioridad es inherente del hombre,
Adler nos dice que todos nos sentimos inferiores con relación a algo o a
alguien. Las primeras inferioridades provienen de las minusvalías físicas, en
las que se encuentra algún defecto, luego la inferioridad de lastima o aversión
que tiene que enfrentar el niño ante compañeros, amigos y adultos.
Adler encuentra como causas del complejo de inferioridad,
principalmente, las minusvalías
orgánicas y las de inferioridad
psíquica, por carencia o deformidad de órganos, debilidad de los mismos,
etc. Pero no son estás las causas únicas, ya que las condiciones sociales y económicas, le hacen enfrentar una batalla
aun mas difícil, y le hacen fracasar, cuando en condiciones normales hubiera
triunfado.
Adler refiere que “hay ocasiones en las cuales el
sentimiento de inferioridad es tan prolongado, tan invencible que ante la
impotencia de superación se desarrolla un complejo
de inferioridad”.
Ante el sentimiento de inferioridad puede reaccionarse en
dos formas, o se enferma y entonces se
atrae la atención de los demás, se
les manipula y se ejerce poder sobre ellos, o se compensa entrando a una
franca lucha por el poder.
Por lo tanto el hombre siempre se encuentra conducido por un afán de superioridad, la
lucha por la superación se convierte en la ley fundamental de la vida, el éxito
y la autorrealización.
El afán insistente de superación hace que el hombre
busque continuamente la perfección, pero
al no encontrarla se siente inferior, surgiendo así el sentimiento de
inferioridad, nos dice Adler que “ser hombre equivale a poseer un sentimiento
de inferioridad (de minusvalía) que nos impele de continuo a su superación”.
Sin embargo dice Adler que “el sentido de la superación
que se busca es, desde luego, tan sumamente variado como el anhelado objetivo
de la perfección. Cuanto mayor es el sentimiento de inferioridad, cuanto más
intensamente es experimentado, tanto más impetuosa será la tendencia a la
superación, tanto más violenta será la agitación emocional”.
Este sentimiento se va formando en el individuo desde muy
pequeños, gracias a la influencia familiar, y cultivara su formación en su
instrucción académica y finalmente en la sociedad.
El sentimiento de comunidad implica una
idea de comunidad ideal, y este puede
verse seriamente alterado por factores endógenos, como malformaciones o
minusvalías físicas, y por factores externos, como una mala educación, excesiva
gratificación de los padres al hijo, excesiva severidad, etc.
Las diferencias entre la psicología individual de Adler y
el psicoanálisis de Freud son que Adler rechazo al pansexualismo, ya que el
instinto sexual se ve substituido por el impulso de poder, y es la
ambición de poder lo que mueve al hombre, siendo entonces que el sexo no
es más que una de tantas representaciones de poder. La segunda divergencia
fue que Freud explica la conducta por sus causas, Adler trata de explicarla por
sus fines, llamando a esto el método teológico o final, expresando que “no
estamos en condiciones de pensar, de sentir, de querer, de obrar, sin tener un
objetivo en nuestra mente”. La tercera es la aceptación de los factores
sociales en la formación del carácter.
Del esquema freudiano, Adler no acepta que la libido sea
la fuente y causa efectiva de las manifestaciones de la neurosis. Adler acepta
el Edipo, pero como una relación de poder, ya que el niño ve en el padre un ser
poderoso que lo hace sentirse inferior, y ve a la madre como una fuente de gratificación
que es deseada en exclusiva.
Adler explica las etapas de desarrollo sexual como fases
de poder, así, en la etapa oral el niño tiene poder en la boca y así lo
ejerce, mamando, gritando, llorando; en la etapa anal se tiene poder
sobre los padres por medio del control de esfínteres; en la fálica, el
control de la orina; la latencia es una fase de ejercicio de todos lo
poderes (correr, hablar, jugar, etc.); y la genital por consiguiente
trae el poder máximo: la procreación
Adler se intereso por el fenómeno criminal, ya que visito
las cárceles, diferenciando de estas, entre población, a los neuróticos y
delincuentes, estudiando a los criminales, etc.
Adler nos dice que el delincuente es un enemigo de la
sociedad, y no lamenta su delito, ya que le falta interés social. El neurótico
por el contrario, si tiene interés social, por lo tanto es más difícil
regenerar a un criminal que a un neurótico. Dice que el criminal tiene una
inteligencia privada, una lógica propia, rompiendo con la lógica de la vida.
Adler estrecho amistad con varios ladrones, por lo tanto
el declara que los ladrones son los más difíciles de regenerar, de todos los
criminales.
Toda la razón tiene Adler al expresar que las cárceles son universidades del crimen, y debe
haber mejor tratamiento para los internos, debe ponerse más interés en
reconstruir en ellos los valores sociales. Lo repugnante de las cárceles son la
brutalidad o el aislamiento.
Para Adler, “la mitad de los sujetos que llegan a
cometer un delito son trabajadores sin profesión determinada, que
fracasaron ya en la escuela. Un gran número de los criminales detenidos por la
policía sufren enfermedades venéreas, señal de la insuficiente solución del
problema del amor” .
Según Adler el complejo de inferioridad adquiere gran
importancia porque de él pueden derivarse no solamente actitudes neuróticas que
influyen sobre la decisión criminosa, sino también alteraciones de la
personalidad que determinan reacciones delictuosas en el hombre que debe ser
considerado como normal.
Debido alguna inferioridad física y psíquica, el sujeto
puede ser impulsado a acciones compensatorias y por un conflicto entre un deseo
en potencia y la necesidad de unirse al ambiente.
Múltiples conductas desviadas son consideradas como
síntomas de un complejo de superioridad que proviene del sentimiento de
inferioridad y del escaso sentido de comunidad. El complejo de superioridad del
delincuente por lo común se forma sobre la base del sentimiento de
inferioridad.
Así, refiriéndose al delincuente, Adler dice que “su
complejo de superioridad, procede de la convicción de que son superiores a sus víctimas
y de que con cada delito que llevan acabo le hacen una nueva jugada a las leyes
y a sus defensores. En efecto, quizá no haya un solo criminal que no se jacte
de haber cometido más delitos de los que se le acusa. El criminal realiza su
delito con la seguridad de que no será descubierto si realiza bien las cosas.
Si es atrapado infraganti se verá completamente convencido de lo que le hizo
perder fue la omisión de algún insignificante detalle” .
Adler menciona que son tres los problemas de los
que dependen todas las funciones de la vida, y estos son: a) la vida social;
b) el trabajo; c) el amor. La reacción ante estos problemas es lo que se
denomina estilo de vida. Cuando la reacción social no es adecuada, el sujeto
desarrolla conductas desviadas, la incapacidad para resolver la vida
social, el trabajo y el amor, lleva al individuo a insuficiencias que se
traducen en neurosis, perversión sexual, suicidio, criminalidad, etc.
Adler, suponía que nuestro desenvolvimiento psíquico
dependía principalmente del ambiente social, sugiriendo que la psique es, en
gran medida, un producto hecho por el hombre, y que no dependemos de una
organización psíquica general, sino que cada individuo es diferente a los demás
en relación con sus actitudes hacia el ambiente y las de este último hacia la
persona.
Adler manifestaba que “el hecho de que al investigar las causas de los crímenes, choquemos a
menudo con el ambiente pésimo que rodea al niño y de que la mayoría de los
crímenes se cometan en cada ciudad en determinados distritos pobres, no
demuestra la conclusión de que la causa de la criminalidad sea la miseria, sin
embargo, es fácil comprender extrañamente que en tales condiciones se
desarrollase normalmente el sentimiento de comunidad”.
Rodríguez Manzanera nos dice que el “sentimiento de
comunidad es importante en la explicación adleriana del crimen, y en mucho
viene a sustituir la explicación de la carencia del Súper Yo. El sentimiento
de comunidad bien formado es una factor crimino-repelente, pero hay
casos en los cuales se ve seriamente afectado por situaciones que hacen perder
el control al individuo, como pueden ser las
crisis económicas, la guerra, las revoluciones, etc.”.
La psicología individual de Adler declara que debe
sustituirse la pena por apropiados tratamientos pedagógico-sociales, ya que la
conducta del delincuente proviene del desaliento social, el individuo que ha
violado la ley no debe ser más desalentado aún por la pena, sino al contrario,
debe alentársele empleando medidas adecuadas para cada caso; llegando a la
conclusión lógica de que si el delito es un fenómeno social morboso, debe
combatírsele no con armas punitivas, sino con medios procedentes de la Psicología.
JUNG (1870-1961)
Reside en la idea del inconsciente colectivo
o conjunto de vivencias
de la humanidad,
acumuladas a lo
largo de la
historia como legado cultural,
que cada hombre revive y se transmiten por la herencia. Según el
autor, este depósito de
experiencia ancestral
acumula imágenes generales
y arquetipos (modelos
culturales) inconscientes pero
decisivos en la
explicación del delito.
Jung negó la base
sexual de la teoría freudiana, para él la sexualidad es tan sólo una de las
expresiones de la energía vital y el motor básico de la autoconservación. Los
dos extremos son masculino-femenino e introversión-extroversión. Introversión
implica un temperamento reservado, serio, mediativo, dubitativo, defensivo;
extroversión por el contrario expresa un temperamento sociable, abierto,
adaptable, confiado, libertino, adaptable, de fácil relación.
Un aporte de Jung es la perspectiva del inconsciente colectivo, el que es en cierto aspecto
hereditario, y constituye una rica herencia cultural, cada hombre revive
ese inconsciente y puede enriquecerlo a su vez, por lo tanto los recuerdos
significativos de la humanidad forman parte del legado de cada persona.
Jung desexualiza la libido freudiana, afirmando que puede
regresar más allá de la infancia más lejana, manifestándose en las huellas o
vestigios de la vida ancestral, despertando así venerables y tenaces
imágenes místicas: los arquetipos; da al inconsciente un papel preponderante,
diciendo que puede ser para el hombre una guía inestimable, una condición a la
que deban resistir los extravíos del consciente.
Esto lleva a preguntar a varios investigadores del
crimen, si existe un inconsciente colectivo de carácter criminal, o si pueden
heredarse tendencias inconscientes de naturaleza antisocial.
Así entonces, como encontramos símbolos y mitos
semejantes en culturas de regiones muy alejadas entre sí, que sólo pueden
explicarse por ser parte del legado y herencia de la humanidad, podría decirse
que la similitud en la antisocialidad, sería prueba del inconsciente colectivo
y se estaría cerca de las teorías de atavismo criminal de otros autores.
ERICK FROMM
Es uno
de los principales
teóricos sociales del psicoanálisis “El miedo a la libertad”
“El arte de amar” y “El psicoanálisis de la sociedad contemporánea” son algunas
de sus obras más conocidas. La crisis de la civilización occidental – y sus causas -; y la “salud mental” de la sociedad contemporánea
(“patología de la normalidad”) son algunos de los problemas abordados por el
autor, quien, apartándose
de la tesis
freudianas, sugirió la
necesidad de un psicoanálisis humanista sobre nuevas
bases.
El psicoanálisis criminal ha sido
objeto de numerosas críticas. En general,
se censura su alta
carga especulativa, su
mentalismo y que,
por la función trascendental que asigna al mundo de
lo inconsciente, opere con hipótesis no observables (pulsiones, mecanismos de
defensa, niveles del aparato psíquico, etc.): en buena medida, - se ha dicho –
sus proposiciones son irrefutables porque no son verificables. Este déficit
empírico resta consistencia a las construcciones de más directa aplicación al
estudio del crimen: su pan sexualismo, en parte abandonado, y el complejo de
Edipo.
Filosóficamente el psicoanálisis conduce a un determinismo
biológico, con todas sus consecuencias, dada la primacía y significado
que otorga a
las fuerzas del
inconsciente. Desde una
perspectiva política criminal reclama una poco realista
no intervención, difícil
de insertar en
cualquier programa eficaz de
prevención. Políticamente, refleja el marco liberal individualista de la
sociedad que lo vio nacer, no gozando de consenso científico su enfoque
individual – mentalista. En el ámbito terapéutico no puede negarse la
aportación de los modelos psicodinámicos y su eficacia respecto a ciertas
dolencias, pero en el etiológico – explicativo parece difícil generalizar con
éxito sus construcciones.
II.2. TEORIAS PSIQUIATRICAS DE LA CRIMINALIDAD (PSICOPATOLOGIA)
Hoy no
puede mantenerse ya que el
delincuente sea un
loco, ni que
la locura genere necesariamente criminalidad.
Del mismo modo
que ni todo
delincuente es un psicópata, ni desde luego, todo psicópata
delinque. Pero tradicionalmente otras han sido a lo largo de la historia las
ideas sobre el delincuente e incluso sobre el propio concepto de salud y
enfermedad mental.
La
psicopatología criminal, se ocupa de los signos y síntomas que constituyen la
enfermedad mental, dicotomizando y estudiando al hombre delincuente en sus
diversas funciones psíquicas mediante el establecimiento de una serie de
categorías y reglas generales.
Por tanto cabe apreciar manifestaciones
patológicas en las diversas funciones psíquicas:
En la inteligencia.- como es el caso del retraso
mental, ciertas inhibiciones de aquella (depresivo –ansiosas, por aislamiento o
de índole psicosocial) o del deterioro de las funciones cognoscitivas
(demencias).
Trastornos del pensamiento y lenguaje.- alteraciones del curso
de uno y otro, cuantitativas (vg. Pensamiento inhibido, acelerado,
ideofugitivo, perseverante, prolijo, disgregado, etc).
Psicopatología de la memoria.- alteraciones cuantitativas (por exceso:
hipermnesias; por defecto, amnesias, globales o parciales), y alteraciones
cualitativas (casis de confabulación, de pseudo fantástica, del llamado “deja
vu jamais vu”).
Psicopatología de la voluntad.- en la que se examina
alteraciones cuantitativas, como la abulia (apatía) y cualitativas, como
sucede como sucede en los actos de corto
circuito, la denominada obediencia automática, y el negativismo.
Alteraciones y trastornos de la conciencia.- alteraciones
cuantitativas (obnubilación, sopor, coma, hipervigilancia, etc.) alteraciones
cualitativas (Así el estado confusional o el estado crepuscular) y alteraciones
que afectan a su contenido (como los trastornos de conciencia del “yo
corporal”, del “yo psíquico” o del mundo circundante).
Psicopatología de la atención y orientación
temporo-espacial.- que puede dar lugar a un
descenso anómalo del nivel de atención (hipoprosexia) o a cambios, también
patológicos, continuos en la focalización de la atención.
Psicopatología de la percepción.- a la que
pertenecerían las alucinaciones (visuales, auditivas, olfativas, gustativas,
táctiles, cenestésicas y del esquema corporal, motrices, etc), esto es
percepciones sin objeto real; las pseudoalucinaciones (que se producen en el
espacio interno del sujeto); las alucinosis (el sujeto es consciente de las
mismas) y las ilusiones (falsificación de una percepción real).
Psicopatología de la afectividad.- como sucede en el caso de las disforias
(manica, depresiva, angustia, etc) o en el de otras alteraciones de aquellas
(vg. Labilidad afectiva, incontinencia afectiva, ambivalencia afectiva,
paratimias, temple delirante, etc.)
Psicopatología de los instintos.- que incide bien en el de conservación del
“yo” (trastornos en la alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia o la
potomanía y trastornos en el instinto de defensa, como la autoagresividad o la
heteroagresividad), bien en el instinto de conservación de la especie
(trastornos y disfunciones sexuales)
Nosologías psiquiátricas
y relevancia criminológica de las diversas anomalías, alteraciones, trastornos
y enfermedades psíquicas.
1.
Las Oligofrenias.
2.
Trastornos orgánicos cognoscitivos, destacan el “delirum” y las
“demencias”.
3.
Trastornos relacionados con el consumo y dependencia del alcohol y
drogas.
4.
Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
5.
Trastorno Delirante o Paranoia.
6.
Trastornos del estado de animo y del humor. Los trastornos
bipolares (psicosis “maniaco-depresiva”)
y las depresiones.
7.
Trastornos de ansiedad (neurosis), somatomorfos, facticios y disociativos.
8.
Trastornos sexuales.
9.
Trastornos en el control de los impulsos; especial referencia a la cleptomanía, piromanía y a la ludopatía.
10.
Las psicopatías o trastornos de
la personalidad.
II.2.1. LAS OLIGOFRENIAS:
Retraso mental leve: representa 85%
afecta CI entre 50-55 y 70.
Sujetos educables, capaces de realizar tareas no cualificadas y adquirir
ciertas habilidades socio-laborales, pero que no alcanzan a tener una total
autonomía económica.
Retraso mental moderado: representa el 10%.
CI oscila entre 35-40 y 50-55. Son personas adiestrables,
capaces de aprender hábitos de higiene y seguridad, adaptándose bien a la vida
en comunidad, si bien pueden realizar
funciones muy simples y apenas costear su subsistencia con ellas.
Retraso mental grave: representa entre el 3 al 4%. CI oscila entre 20-25 y 35-40. Quienes lo sufren solo pueden aprender a hablar y realizar
tareas elementales, pero el desarrollo del lenguaje es mínimo y no son capaces
de escribir. Sufren a menudo, de síndromes neurológicos asociados de índole
congénita, exhibiendo actitudes agresivas e impulsivas.
Retraso mental profundo: entre 1 y el
2%. CI inferior a 20 o 25.
Estos suelen padecer de enfermedades neurológicas asociadas, siendo personas
carentes de autonomía que necesitan
vigilancia y asistencia permanente.
En los grados profundos
del retraso mental, la misma incapacidad psicofísica propia de aquellos reduce
muy drásticamente la posibilidad de delinquir. No obstante, se pueden constatar
delitos contra la propiedad (en forma de robos y hurtos burdamente cometidos),
contra la libertad sexual (casi siempre consumados) e incluso delitos de
incendio (por diversión) llevados a cabo
por oligofrénicos profundos.
El Oligofrénico profundo
es, victima de ciertos delitos, como el abandono, malos tratos, etc., no sujeto
activo.
En las formas moderadas
y leve del retraso mental se detecta el mayor índice y variedad de
criminalidad, siendo por lo general, factor común a todas ellas, la
impulsividad, la irreflexión y la ausencia de planificación previa
por parte del autor; así como la desproporción y la ejecución burda del hecho.
II.2.2. TRASTORNOS ORGANICOS
COGNOSCITIVOS- DELIRUM Y DEMENCIA:
La delictogénisis más
frecuente asociada al delirium, son los delitos contra la persona, sobre todos
las lesiones, e incluso homicidios. Los episodios tienen lugar en pacientes
graves y hospitalizados, si bien cabe que se produzcan fuera de los centros sanitarios
inducidos por el consumo de ciertas sustancias.
Las demencias, el
conflicto con el ordenamiento penal se produce, en los inicios de la
enfermedad, manifestándose ésta a través de trastornos de conducta, con
desinhibición de tipo sexual (abusos, agresiones, etc.) y comportamientos
irregulares: agresividad verbal, comisión de pequeños hurtos, etc.
El homicidio por celes
es uno de los delitos más frecuente comisión durante la vejez, probablemente
por la proclividad al paranoidismo que sufre la tercera edad.
A continuación figuran
los delitos sexuales, muy a menudo intrafamiliares (abuelo/nieta), cuyos
elevados índices se explican por una doble razón: en la tercera edad se produce
un incremento de las tendencias de esta índole como mecanismo de compensación
del declive que se aprecia, incluso hormonalmente, tanto en el envejecimiento
testicular como en el tejido ovárico; en segundo lugar, porque a ello se une
una sensible disminución de los controles éticos, lo que facilita el ataque
sexual.
II.2.3. TRASTORNOS
RELACIONADOS CON EL CONSUMO Y DEPENDENCIA DEL ALCOHOL Y DROGAS:
Alcohol.- es un importante
factor criminogeneo. Ocasiona importantes trastornos somáticos, psíquicos y
sociales. Perturba las facultades de elección, juicio y raciocinio del sujeto y
potencia la agresividad de éste.
Intoxicación aguda, el comportamiento delictivo se explica por la
vitalidad del sujeto unida al descontrol psicomotor que sufre el sujeto. Se han
descrito, como usuales, pulsaciones incendiarias, abusos sexuales de carácter
homosexual, alteraciones al orden público, delitos contra la seguridad de
tráfico.
Intoxicación crónica, es frecuente los
delitos sexuales, agresiones, delitos de omisión. Y en las alucinaciones
alcohólicas delitos violentos contra supuestos enemigos.
II.2.4. ESQUIZOFRENIA Y OTROS TRASTORNOS PSICOTICOS
Es la enfermedad por
excelencia y, de otra parte, la más frecuente de las psicosis endógenas. La
esquizofrenia incapacita al sujeto para valorar la realidad y
para gobernar rectamente su propia conducta, ya que implica un
abanico de disfunciones cognoscitivas y emocionales que pueden afectar a la
percepción, el pensamiento inferencial, el lenguaje y la comunicación, la
organización del comportamiento, la efectividad, la fluidez y productividad del
pensamiento y del habla, la voluntad, la motivación y la atención, con el
inexorable deterioro de su actividad laboral y social.
El brote esquizofrénico se caracteriza por la pérdida del
contacto con la realidad y un corte de la continuidad biográfica del enfermo,
por lo que el delito de éste se presenta como un “delito sin historia”.
La sociedad teme al enfermo mental y supone muy relevante
la contribución a los indicies de la delincuencia. La sociedad tema al
psicótico más por la imprevisibilidad e incomprensibilidad de su comportamiento
que por la peligrosidad del mismo.
Sin embargo sus crímenes cuenta con una ”visibilidad
diferencial”; aún cuando no representan índices llamativos,
atemorizan porque son atroces, crueles. Porque la brutalidad de sus actos, no
muestra arrepentimiento.
El delito, en el esquizofrénico, debe ser considerado como
un síntoma más de la enfermedad. Pero se trata siempre de un crimen sin
historia y sin sentido, que no se entiende ni puede prever, inútil,
absurdo, aún cuando su comisión le permita liberarse experimentando un gran
alivio.
El esquizofrénico delinque solo. Sus delitos más
usuales son los delitos contra la integridad (lesiones) y amenazas; le siguen,
los delitos contra el patrimonio. Los crímenes más graves contra la vida
suelen ser obra, muy a menudo de esquizofrénicos.
II.2.5. TRASTORNO DELIRANTE O PARANOIA
El trastorno delirante o paranoia, es menos
frecuente que la esquizofrenia. Afecta más a la mujer que al varón. Se sitúa su
comienzo en torno a los 40 años. No suele ocasionar deterioro intelectual, y su
morbilidad estimada el 0,1%.
A diferencia de lo que sucede en la esquizofrenia,
el delirio del paranoíde es comprensible, como su comportamiento criminal del
que no puede afirmarse que carezca de “historia” y “motivación” Y su
afectividad, sintónica, difiere de la frialdad y lejanía de la esquizofrenia.
La paranoia constituye un sistema delirante de
desarrollo insidioso, inconmovible, irrebatible a las argumentaciones lógicas,
incurable. El delirio, crónico, sistematizado y no extravagante, es el núcleo
central de la paranoia.
El enfermo conserva el resto de su personalidad no
afectada por el delirio; así como su vida social y de relación. Mantiene
intacto el arco intencional del pensamiento, sin alteraciones sensibles en su
raciocinio, sentimientos y voluntad, si bien en la paranoia la vida entera se
pone al servicio del delirio. La hipertrofia del Yo es uno de los rasgos de la
personalidad del paranoico, a la que se une su suspicacia y desconfianza, su
recelo hacia los demás, su falta de sentido del humor y su hostilidad.
La temática delirante de esta psicosis da lugar a
diversos tipos o variantes, de particular interés criminológico: Erotomaniaco
(persecución a personajes públicos); Grandiosidad, celotípico (Las más
agresivas), persecutorio (las más frecuentes), reivindicatorio o querulante
(que ocasionan numerosas actuaciones judiciales sin fundamento), entre otras.
En la temática del delirio, el paranoico se
convierte de perseguido a perseguidor, y puede devenir en extremadamente
peligroso, que puede llegar la homicidio. Se cree en posesión de la única
verdad y legitimado para infringir -normas absurdas y artificiosas - legales,
que solo rigen para los demás mortales.
En los delirios mesiánicos, el enfermo se considera
el elegido de Dios y poseedor de la razón universal, por lo que comete el
crimen por el bien de todos.
El delito del paranoico es frió, premeditado,
reflexivo. La aparente normalidad de éste, su inteligencia siempre al servicio
de un delirio lógico, verosímil, y sus artes simulatorias propician el fatal
exceso de confianza de la víctima.
Los delitos del paranoico dependen, como es lógico,
de la naturaleza o clase del delirio que padezca. Son usuales los de injuria,
desacatos y resistencia a la autoridad; los de acusación y denuncia falsa; y
los delitos contra la vida.
II.2.6. TRASTORNOS DEL ESTADO
DE ANIMO Y HUMOR –
BIPOLARES-DEPRESIVOS:
Los hoy denominados “trastornos bipolares”
(psicosis maniaco depresiva), se alternan fases de exaltación anímica (manía) y
psicomotora con períodos de inhibición y depresión, separados ambos por
periodos prolongados lúcidos de aparente normalidad.
La psicosis maniaco-depresiva es una enfermedad
fàsica, por excelencia. Puede darse un único cuadro maníaco, o bien depresivo,
o la alternancia de éstos existiendo la posibilidad de fases de menor
intensidad psicopatológica.
Clínicamente, la fase depresiva y la maniaca
presentan síntomas distintos y, en consecuencia, una diferente vocación o
proclividad criminógenea.
En la fase depresiva, la tristeza se
corporaliza y la inhibición afecta a los movimientos y al lenguaje. Igual
dificultad se manifiesta en la esfera ideativa, fluyendo el pensamiento de
forma lenta. El eje nuclear de la depresión es la tristeza vital y
profunda que afecta a todas las esferas – intra e interpersonal – del
enfermo.
La fase maniaca representa la otra cara de la misma
moneda y se caracteriza por la sintomatología inversa: euforia, irritabilidad,
exaltación, incremento de la actividad social, laboral, sexual, gran fluidez
del pensamiento, locuacidad, sentimientos de grandeza y acusada autoestima,
disminución de la necesidad de dormir. Las manías pueden evolucionar como las
depresiones, dado que el trastorno bipolar puede cursar con fases depresivas,
maniacas o mixtas.
La fase depresiva puede lugar a conductas
delictivas. Así la autoimputaciòn, como consecuencia de las ideas delirantes de
indignidad. Culpa y ruina personal. Delitos de omisión de deber de socorro – o
de comisión por omisión- cuando la depresión es intensa, porque entonces los
sujetos no reaccionan ante la situación de estrés frenados por la lentitud
ideativa y la inhibición motora propia de la depresión.
El gran riesgo de la fase depresiva lo constituyen
las conductas autolíticas y el suicidio.
La fase maniaca es más delictógenea que la
depresiva, si bien la clase de delitos depende de la naturaleza e intensidad de
la manía. Se han descrito durante la fase maniaca, delitos de homicidio, de
lesiones, de estafa, delitos sexuales.
En los periodos interfàsicos, la peligrosidad
criminal maniaco-depresivo carece de relevancia.
Por lo que se refiere a las distimias (cuadros de
depresión prolongada, de escasa entidad, que suelen asociarse con factores
estresantes manifiestos) se han descritos hechos delictivos por omisión en el
ámbito castrense como el abandono de servicios de armas.
II.2.7. TRANSTORNOS
DE ANSIEDAD:
Las neurosis no son enfermedades, ya que no consta que
exista una causa orgánica subyacente que provoque el espectro clínico de estos
cuadros.
El peso etiológico de estos cuadros recae sobre
contingencias fundamentalmente psicológicas. La neurosis es un trastorno menor.
La neurosis no provoca una ruptura de la realidad.
Se inicia durante la infancia al crear el niño de personal
débil e insegura, un mundo exterior incierto y amenazante; si bien el conflicto
neurótico puede tener otra génesis (reacciones a problemas reales del mundo
exterior). La angustia su núcleo fundamental (excepto en la neurosis obsesivas),
a partir del cual emergen otros
fenómenos psicopatológicos: irritabilidad, fobias, inquietud, déficit de
atención y concentración.
En la neurosis obsesiva, la tristeza, el sentimiento de
culpa y la duda prevalecen como sentimientos nucleares del cuadro.
El delito del neurótico se manifiesta, por lo común como
una reacción anómala y desproporcionada, que explota a través de los
denominados actos en corto circuito. Su actuar
es, a menudo, compulsivo, irresistible para aquel.
Especial interés tienen los “estados disociativos”,
seguidos de posterior amnesia, durante los cuales el neurótico puede realizar
hechos delictivos sin posible control de sus actos.
También los trastornos somatomorfos, y en particular la
hipocondría, dan lugar a delitos contra el honor (injuria, calumnia) y contra
la administración de justicia, siendo muy frecuentes las demandas contra
profesionales por mala praxis sin fundamento objetivo.
II.2.8. TRANSTORNOS
SEXUALES:
La conducta sexual
tiene, sin duda un triple fundamento bio-psico-social.
Desde un punto vista biológico, la conducta sexual
se regula desde distintos niveles. Existe primero un control hormonal; después
un segundo control a partir del sistema nervioso.
La sexualidad se halla muy mediatizada por controles
sociales y culturales capaces de influir en los roles masculinos y femeninos.
Por último, se comportan o no las concepciones
psicoanalíticas, nadie cuestiona la relevancia de los factores psicológicos en
el ámbito sexual.
Entre las disfunciones sexuales se encuentran los
trastornos del deseo sexual, de la excitación sexual, trastornos orgásmicos y
trastornos sexuales por dolor. A las parafilias pertenecen: el exhibicionismo,
el fetichismo, el frotteurismo, la pedofilía, el sadismo, el masoquismo, el fetichismo
trasvestista y el voyerismo.
Las parafilìas son fantasías sexuales, repetidas e
intensas, de tipo excitatorio, de impulsos o comportamientos sexuales.
La pedofilía: (deseo intenso y recurrente de mantener relaciones
sexuales con impúberes, tanto de tipo heterosexual como homosexual). El
pedófilo comete por lo general delitos sexuales contra niños y de corrupción de
menores.
El sadismo: como el masoquismo, provienen de una patología
“erotización del dolor”. Frecuentemente este enfermo es impotente, y busca su
satisfacción mediante actos sádicos. El sádico se ve implicado en delitos de
agresión sexual y lesiones.
El exhibicionismo: Es una de las parafilias mas usuales (por lo general
varones); se trata de un trastorno frecuente en individuos casados y con
relaciones sexuales normales.
El exhibicionista usa precauciones premeditadamente, para
no ser detenido y obtiene más placer cuando mayor sea el escándalo de su
conducta o peligro, que asume a realizarla.
El Fetichismo: Es frecuente sobre todo en el varón, obtiene excitación y
satisfacción sexual con objetos, incluso en homosexuales. Por lo común va
acompañado por la angustia
El transexualismo: Entre los trastorno de la identidad sexual, merece
una mención especial el “transexualismo”, esto es, la desarmonía entre el sexo
biológico y el sexo psicológico, o rechazo del propio sexo, que suele conllevar
un deseo vehemente de cambio de sexo (a través de la cirugía), unido a menudo,
a una actividad delirante.
Los trastornos de mayor interés criminógeno se dan en el
varón; la franja de edades más conflictiva corresponde a la década de los
veinte; la mayor cuota de la participación en la delincuencia sexual la
ostentan los oligofrénicos, psicópatas y neuróticos; y los delitos de más
frecuentes son las agresiones sexuales,
en todas sus variantes.
II.2.9 TRASTORNO EXPLOSIVO INTERMITENTE:
Se caracteriza por la aparición de episodios
aislados en los que el individuo no puede controlar sus impulsos agresivos,
dando lugar a violencia o daños con la propiedad.
El sujeto experimenta episodios agresivos como
raptos o ataques en los que el comportamiento explosivo va precedido de una
sensación de tensión o activación interior, seguido inmediatamente de una
sensación de liberación, pudiendo sentirse consternado, con remordimientos,
arrepentido o avergonzado por su conducta agresiva.
Suele temer su detención y se siente
deprimido y culpable por el delito. No planifica este, ni ejecuta el delito de
manera cautelosa y elaborada. Actúa solo, sin cómplices. Experimenta una
sensación creciente antes del robo, seguida de bienestar, alivio o liberación
una vez ejecutado. El cleptómano no usa lo que roba porque no lo necesita,
tiene especial valor.
EL JUEGO PATOLOGICO: Ludopatía se caracteriza por un comportamiento de
juego desadaptado, recurrente y persistente, que altera su vida personal,
familiar o profesional del enfermo.
No se debe confundir el juego patológico
con el juego social ni con el juego profesional.
El juego social tiene lugar entre
amigos o compañeros, su duración limitada, y las perdidas previamente
determinadas, aceptables. En el Juego profesional los riesgos son limitaos, y
la disciplina y el capital.
II.2.10. LAS
PSICOPATIAS O TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD :
CRAFT
señala que existen dos rasgos distintivos de la personalidad psicopática
(primarios): una incapacidad de responder emocionalmente en
situaciones en las que esperaría una respuesta tratándose de individuos
normales; y una irresistible tendencia a actuar impulsivamente:
De tales características primarias se derivan otras secundarias: ausencia
de sentimiento de culpa, imposibilidad de ser influido por el
castigo o por consecuencias aversivas del comportamiento antisocial y
una falta de motivación o pulsión positiva.
GARRIDO GENOVES, señala, revela que
la psicopatía se compone de dos tipos de constelaciones de rasgos (o
dimensiones). La primera incluye el área emocional o interpersonal, es decir,
todos aquellos atributos personales que hacen que el sujeto se desentienda de
su componente más básicamente humano, o lo que es lo mismo, su capacidad para
tratar bondadosamente a los otros, su capacidad de sentir pena o
arrepentimiento y su potencial para vincularse de manera significativa con sus
semejantes. El sujeto con estas características es alguien profundamente
egocéntrico, manipularlo, mentiroso y cruel. La segunda constelación de rasgos
remite a un estilo de vida antisocial, agresivo, donde lo importante es sentir
tensión, excitación, sin más horizonte que el actuar impulsivo y dictado por el
capricho o los arrebatos. La persona resultante se comporta de modo absurdo,
sin que parezca haber obtenido nada valioso de sus actos, con poco autocontrol
y ninguna meta que parezca lógica a la vista.